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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta es una nueva muestra del cine independiente neoyorquino que nos llega con esta original película, tercera que dirige Matthew Harrison.
Cuenta las aventuras y desventuras de un joven al que su estrafalario tío Sam le encarga entregar una mercancía y le mete en un tremendo embrollo del que no va a salir en cuatro días, que son los que constituyen el relato de esta historia.
Redmond, que ese es el nombre del protagonista, se halla en plena crisis existencial, no sabe qué hacer con su vida y mucho menos con el lío en el que le ha metido su tío, que entorpece las decisiones que ha de tomar, al ser perseguido por los gángsteres, que quieren el objeto de la entrega, y el amor que le surge por una azafata de vuelo, mientras que su chica le pide que se decida.
Por el esquema que adopta el film nos recuerda a 'Jo, qué noche!' (1985), por la forma de contar es una comedia fresca, original en las cosas que nos relata y los personajes curiosos o divertidos que se cruzan con el protagonista.
No le falta cierta crítica, una mirada ácida y amarga a la situación actual de paro, marginalidad, juventud despistada, que no sabe lo que quiere o por donde caminar, que trapichea para poder sobrevivir e incluso a las relaciones familiares, con ese tío que constantemente le dice a su sobrino que llame a su madre y nunca se acuerda o no tiene tiempo de hacerlo.
Unos actores bien elegidos, comenzando por el propio protagonista, Kevin Corrigan, que ha colaborado también en el guion, hasta la siempre interesante Linda Fiorentino o James Woods que hace un papel memorable del personaje del tío Sam .
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