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CRITICA
Por: PACO CASADO
El tema de la violación ha sido tratado mil veces en el cine, pero lo que sí es nuevo en esta película es la manera de plantear el caso de una joven camarera que se toma dos copas y baila de forma un tanto provocativa, lo que incita a que algunos hombres abusen sexualmente de ella y que los que lo hacen sean animados por los presentes.
Todo ello ocurre en un bar y ante la mirada de los presentes y animados por el aplauso de varios amigos que incitan a consumar el acto a los otros, en lugar de impedirlo.
Tal vez haya algunas leyes que no castigan este delito de igual forma que en los demás países.
La abogada intenta acusar no sólo a los culpables sino también a todos los demás, por no impedir que se cometiera el delito.
De ahí parte un poco la teoría de este film en el que la abogada que lleva el caso, intente no sólo acusar a los culpables y hacerle pagar su delito, sino también a aquellos otros que siendo testigos no impidieron que se cometiera, con lo cual se hacen cómplices de alguna manera, lo que les convierten en culpables en grado de complicidad.
Cinta con un tema interesante y atrayente para el gran público lo que la convierte en comercial, pero al mismo tiempo tiene interés por el planteamiento que hace, porque igualmente se le podía dar la vuelta al tema y preguntarnos en qué medida incita una mujer violada a sus violadores o hasta qué punto estos son culpables al ser provocados.
Jonathan Kaplan, director salido de la escuela de Roger Corman y autor de 'Proyecto X' (1987), que plantea la película de forma astuta, ya que deja para el final el conocer cómo se produjeron los hechos a través de las declaraciones de los testigos claves, logrando así que el interés vaya creciendo paulatinamente.
El film es sobre todo la interpretación de Jodie Foster, la pequeña actriz que llamó la atención en Bubsy Malone, nieto de 'Al Capone' (1976) y sobretodo en 'Taxi Driver' (1976) donde obtuvo la primera nominación y fue noticia por estar su nombre por medio en el atentado a Ronald Reagan, que con este trabajo consiguió ser nominada por segunda vez y en esta ocasión logró finalmente el Oscar.
Comparte los honores interpretativos con ella Kelly McGillis, la protagonista de Único testigo (1985), que hace un notable papel de la abogada.
Una dirección correcta de Jonathan Kaplan para una cinta que se ve con el máximo interés.
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