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CRITICA
Por: PACO CASADO
Dado el fracaso taquillero que constituyó en Estados Unidos el programa doble de películas de serie B para las salas Greenhouse ideado por Robert Rodriguez y Quentin Tarantino, en Europa se decidió desdoblarlo y proyectarlas de forma independiente, pero aún así tampoco han funcionado.
Tal vez al exhibirse primero la endeble 'Planet Terror' (2007) haya perjudicado a 'Death Proof' (2007), pensando el público que fuera igual de mala y no ha acudido a verla a pesar de la fama de Quentin Tarantino y creemos que no hay color entre una y otra.
Quentin Tarantino hace aquí una típica producción de serie B, sin apenas argumento, con actores casi desconocidos, con un corto presupuesto y sacándole partido a los escasos elementos que maneja en este caso.
El film, que es un puro divertimento, tiene dos partes.
En la primera un especialista cinematográfico va a la caza de un grupo de cuatro chicas despampanantes, mientras que en la segunda, los papeles se intercambian, ya que el grupo de muchachas que pretende cazar se vuelve contra él tomándose debida venganza llevando éstas la voz cantante esta vez.
Quentin Tarantino ha demostrado sobradamente en sus cuatro cintas anteriores que es un amante del cine de evasión.
En este sentido es uno de los directores más honestos, ya que ama el cine como entretenimiento y eso es lo que suele hacer, como lo demuestra en la parte final con una espectacular persecución llena de emoción, riesgo y peligro, donde pone de manifiesto algunas de las características esenciales de su cine: la violencia, los diálogos frescos y chispeantes con referencias a otros títulos de esta clase, el sexo y todo aquello que le gustaría ver como espectador, expuesto en una especie de mosaico compuesto por los clichés propios de esa clase de cine, siempre dejando una puerta abierta a la sorpresa, sin importarle mucho los convencionalismos argumentales propios del cine comercial o las faltas de ortografía en la escritura cinematográfica.
Kurt Russell aporta su carisma al diabólico especialista Mike, con su coche reforzado para las escenas de riesgo, como dice él "a prueba de muerte", aportando todos los matices de su personaje y disfrutando del mismo, rodeado de guapas actrices-muñecas de espectaculares curvas, casi tantas como tiene la carretera donde se dan las persecuciones a todo gas en la que derrochan violencia y adrenalina por un tubo en todo momento.
También destaca la presencia de Zoe Bell, una especialista que dobló a Uma Thurman en 'Kill Bill' (2003), a la que Quentin Tarantino da la oportunidad de un papel protagonista o de Rose McGowan que interviene también en la cinta de Rodriguez.
Una película del director de Tennessee con una planificación clásica, llevada a buen ritmo, con planos secuencias discursivos, de diálogos intrascendentes como pausa a la violencia, que logra entretener e interesar.
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