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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine tiene la posibilidad de ser testigo presencial en muchas ocasiones de hechos reales, grabando así un testimonio para la historia.
Pero cuando no es posible, porque no ha habido una cámara presente en el lugar de los hechos, se puede permitir el lujo de reproducirlo con el máximo realismo posible, basándose en el relato de las personas que estuvieron presente.
El avión que portaba a un equipo de rugby uruguayo choca en la Cordillera de los Andes y los supervivientes del accidente tienen que luchar con las inclemencias del tiempo, el frío y la nieve para poder seguir viviendo.
Este accidente ocurrió en octubre en el año 1972.
El caso de Supervivientes de los Andes (1975) es uno de los ejemplos más claros de esta segunda modalidad.
El argumento de esta película es de todos conocido, ya que la famosa tragedia del avión que se estrelló en los Andes fue una noticia divulgada en todo el mundo a través de las crónicas de prensa, así como la aparición de algunas personas que había logrado sobrevivir a la espantosa tragedia, aún a costa de tener que alimentarse con la carne de los cuerpos de los compañeros muertos
Estos hechos dieron lugar posteriormente al libro de Charles Blair jr. en el que se basa este film, que igualmente se convirtió en un best seller, ya que todo el mundo quiso saber punto por punto lo que allí había sucedido.
El camino seguido por la cinta ha sido un tanto similar al del ejemplar literario, ya que realizada en México, donde alcanzaba las más altas cifra de recaudación en taquilla, fue compara por los Estados Unidos, donde ocurrió un fenómeno familiar.
Fue reducida en algunos minutos, en este caso no por la censura española, sino por el distribuidor norteamericano, debido a su largo metraje, que es la versión que se exhibe en España.
Todo el interés de esta película reside en el relato que nos cuenta, insólito por demás, es interesante desde el principio hasta el fin.
Realizada por René Cardona sr., acogiéndose absolutamente a la verdad de los hechos y con la modestia de una cinematografía como la mexicana, el film es un producto digno, aunque a veces no se pueda evitar algunos convencionalismos y trucos, lo que no afecta al interés del relato y al realismo indudable de las imágenes logradas en algunos momentos.
Fue nominado a los premios Ariel el montaje.
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