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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cuando contemplamos en las salas de cine algunos documentales sobre animales, siempre nos recuerdan los que en otros tiempos hacía la productora Disney que eran realmente extraordinarios y que últimamente no aparecen en las pantallas, tal vez porque están dedicados a otra clase de producciones.
Aquí se nos cuenta la aventura de los dos zorros polares que dan título a esta película, la hembra, Kina, que está embarazada y Yul, el macho, futuro padre de los cachorros que están a punto de nacer, que viven en el norte de Canadá.
En un momento determinado se separan, debido a que llega la época del deshielo y Yul se queda aislado en un bloque de hielo a la deriva sin poder llegar a la orilla.
Entre tanto Kina se queda sola y sale de su madriguera habitual a buscarse la vida y vive una aventura fuera de su mundo, adentrándose en unos territorios desconocidos para ella, en un momento en el que el calentamiento global está cambiando las reglas para todos los seres vivos y más en esos territorios helados.
Por el camino ha de enfrentarse a una manada de lobos feroces, pero también tiene ocasión de conocer a un perro amistoso que la defiende.
No obstante ambos no se han olvidado y cuando Yul consigue salir de su aislamiento en el bloque de hielo a la deriva, rápidamente trata de husmear y buscar la pista de su compañera hasta dar con ella, a tan solo unos día en que los cachorros verán la luz tras su nacimiento.
En este caso el documental se centra únicamente en los animales que aparecen en esta historia sin que aparezca en ningún momento un ser humanos en esta aventura como ocurre otras veces en documentales parecidos.
El film no sólo nos ofrece la aventura de estos preciosos animales sino también los bellos y gélidos paisajes polares con los que disfruta el espectador aficionado a esta clase de producciones y más si es amante de los animales.
Tiene la historia algo de suspense tras la separación de ambos en saber si por fin en algún momento se volverán a encontrar y podrían disfrutar de sus recién nacidos cachorros.
La cinta está dirigida por el biólogo francés Guillaume Maidatchevsky, un realizador experto en esta clase de documentales en el que se hace un buen trabajo con los animales protagonistas sin recurrir en ningún momento a los efectos digitales.
La película nos ofrece un mensaje de amor y de amista al tiempo que nos invita a reflexionar sobre el medio ambiente y el cambio climático.
Esta historia puede ser entretenida para los pequeños espectadores, pero los adultos tampoco se aburrirán sino que disfrutarán igualmente.
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