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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras los resultados conseguidos por su anterior película, 'Canción de cuna' (1994), José Luis Garci se decide a adaptar otra obra de teatro, esta vez del catalán José María de Sagarra, 'La herida luminosa' (1997), que al igual que la anterior, había sido escuchada en la radio por el director.
Existe ya una versión fílmica realizada en 1956 por Tulio Demichelli, con Arturo de Córdova, Amparo Rivelles, Yolanda Varela y José María Rodero.
El doctor Molinos, un afamado especialista en cardiología, atraviesa una grave crisis matrimonial con su esposa Isabel.
Ambos tienen domicilio en la ciudad de Oviedo, en los tiempos de la opresiva España, en concreto en los años cincuenta.
Tiene en su domicilio a dos criadas a su servicio, Escolástica y Jovita.
Maribel, su única hija del matrimonio, ingresó recientemente en un convento de monjas.
El repentino amor que el doctor Molinos siente por Julia, una doctora mucho más joven que él, por la situación más difícil.
En esta nueva adaptación José Luis Garci se permite cambiar algunas cosas y determinados personajes, convirtiendo así en monja a la hija del protagonista, que era un sacerdote en el original, y consiguientemente también en religiosas a sus compañeras en lugar de curas.
Introduce además el elemento de las novelas radiofónicas, como forma sutil de dar una época y un ambiente de represión en que vive este matrimonio formado por un cardiólogo, su intransigente esposa que no quiere concederle la separación (en aquellos momentos no existía el divorcio en España, e incluso la separación estaba socialmente mal vista) al tener una amante más joven, por lo que decide recurrir al crimen como única forma de resolver su problema.
José Luis Garci, una vez más, recupera el melodrama cinematográfico con esta obra en la que ha limado ciertas aristas dramáticas para no caer en exceso en el folletín y eludir el tema central, que era el problema de conciencia religioso de la conversión del protagonista.
Estos elementos referentes a los propósitos católicos más propios de los momentos en que fue escrita, estaban acentuados en la obra teatral y también en la versión anterior.
La interpretación va a tono con el aire dado al film en este caso.
La buena intención de José Luis Garci de enfrentar al veterano Fernando Guillén con su hija Cayetana Guillén Cuervo en el momento más dramático de la cinta, se ve truncado por la pobreza de recursos dramáticos de la chica o no haber sabido sacarle partido a la escena por lo que respecta a la realización, buen director de actores, que obtiene por otra parte gran belleza de los escenarios naturales y paisajes cántabros, descuidando algo más en esta ocasión la música de Manuel Balboa, pero consiguiendo una gran plasticidad y cierta frialdad en la aséptica puesta en escena.
Nominado al Goya la peluquería y el maquillaje.
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