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CRITICA
Por: PACO CASADO
Proyectada en el Festival Internacional de Cine de Cannes del mismo año de su realización, 1972, esta película recibió críticas adversas en su mayoría, porque tal vez se esperara de este director un tanto genial, un film pasado por el tamiz de su interpretación y visión personal de esta tragedia en la que se narra la ambición sin límites de un lord escocés que anhela el trono de Escocia y planea conseguirlo impulsado por su esposa y tras la profecía de tres brujas.
Por otra parte, la larga ausencia de Roman Polanski de las pantallas, tras la trágica muerte de su esposa, Sharon Tate, posiblemente que la preparación para esta nueva cinta había sido larga y muy pensada.
El defraudar tal vez fuera más por lo esperado que por lo realizado finalmente.
A William Shakespeare tan sólo creemos que hay dos formas de verlo en el cine: una, respetando el texto original y entonces se corre el riesgo de hacer teatro cinematográfico, como hace muchas veces el inglés Laurence Olivier.
Otra, interpretarlo al ponerlo en imágenes, rehaciendo el texto y concibiéndolo de nuevo.
Ésta es la manera más difícil, corriéndose siempre el riesgo de hacer desaparecer a William Shakespeare.
Esta genialidad de conservarlo interpretándolo tan sólo lo ha conseguido otro genio como el de Orson Welles.
El director Roman Polanski, ante estas diatribas, ha preferido respetar al ingenio de las letras inglesas, alternando lo menos posible el texto original y limitándose a ponerlo en imágenes lo más fielmente, dentro de su intuición de notable gran realizador del cine.
En cuanto a lo que el lenguaje cinematográfico se refiere, Roman Polanski incljuso peca de ingenuo o de simplista; aunque por otra parte, evita la teatralidad de los monólogos, recurriendo al simple y viejo truco fílmico de la voz en off.
De una forma o de otra la película posee valores suficientes, como una espléndida fotografía de Gil Taylor, una brillante puesta en escena por parte de Roman Polanski, con una técnica narrativa, con un buen uso de los decorados y el vestuario, así como la utilización de la música compuesta por el grupo The Third Ear Band y el estupendo Technicolor que luce más en la ancha pantalla del Todd-Ao 70 mm.
Resultan un tanto frías las interpretaciones de los actores en general.
Bafta el mejor diseño de vestuario. Dos premios NBR.
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