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CRITICA
Por: PACO CASADO
Blake Edwards es posiblemente el último de los grandes directores de comedias del cine de Hollywood de los años dorados del género que aún está vivo y en activo.
Después de haber vuelto al género con 'Cita a ciegas' (1987), en la que tuvo su primera colaboración con el actor Bruce Willis, que obtuvo un gran éxito de taquilla, vuelve ahora de nuevo a trabajar con él y al mismo tiempo presta un sentido homenaje al cine mudo, resucitando en su persona a uno de los actores míticos de aquella época, los años veinte, como era el inolvidable Tom Mix, que hizo más de quinientas películas.
Y junto a él, coloca a otra mítica figura del género western, el marshall Wyatt Earp, que intervino en el famoso duelo en el O.K. Corral, enfrentamiento que se ha podido ver en varios films de la historia del cine como 'Pasión de los fuertes' (1946), 'Duelo de titanes' (1957), 'La hora de las pistolas' (1967) o 'Duelo a muerte en el O.K. Corral' (1971), entre otros.
Con motivo de un rodaje, el mítico Wyatt Earp llega a Hollywood para ser asesor de la estrella de las producciones del Oeste interpretadas por Tom Mix, que estaba en la cumbre de la fama.
El asesinato de una prostituta une a ambos en las pesquisas para desentrañar el caso, en el que se ven implicados unos policías corruptos, unos gángsteres y un sádico y famoso productor de cine, y a ambos los hace protagonistas de la investigación de ese crimen cometido durante un rodaje que ambos investigan fuera de las horas de filmación.
En este nuevo trabajo no sólo hay comicidad sino también breves momentos dramáticos en los que Blake Edwards mezcla varios géneros, el cine mudo, el western, el cine negro y todo ello sin olvidar la comedia, con cuyos ribetes va dando pinceladas a lo largo de toda la trama, descubriendo finalmente al criminal durante la celebración de la ceremonia de la primera gala de entrega de los Oscars de Hollywood.
La acción se inicia con el asalto a una diligencia, planificado coa el más puro clasicismo que no es más que el rodaje de un western.
Todo este conglomerado le da ocasión al famoso director de filmar una comedia fresca, llena de alegría, aunque con unos pequeños toques de amargura, con unos personajes muy humanos, con un amplio sentimiento de lo que es la amistad y todo ello envuelto en la magia del cine que nos cautiva aunque sea a base de engañarnos, de contarnos la verdad aunque sea a base de mentiras, más o menos, como dicen sus personajes.
En definitiva, se trata, una vez más, del cine dentro del cine, con sus actores y técnicos, derrochando clasicismo, como en esa planificación del inicio de la cinta en una modélica secuencia del asalto a la diligencia.
Una sátira corrosiva con guiños al espectador cinéfilo o lo que es lo mismo, cine en definitiva.
'Asesinato en Beverly Hills' (1988) resulta un entretenido pasatiempo que da oportunidad de lucimiento al actor de moda un fresco Bruce Willis junto al clásico James Garner que está realmente espléndido, en el papel del marshall Wyatt Earp.
No puede falta la habitual banda sonora compuesta por Henry Mancini, espectacular por momentos, para completar los valores de este emocionante divertimento.
Nominado al Oscar el diseño de vestuario.
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