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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta es una de esas películas que llegan a destiempo, una rezagada del momento en que se hizo y que llega ahora tarde, aunque más valiera que no llegara nunca, pues nada tenía que hacer su presencia. Es una película más de romanos, pero esta no es la época en que están de moda estas cintas que tanto furor hicieron hace unos años y que inundaron las pantallas de todo el mundo producidas por Italia.
Proyectada en este momento supone un alivio y un respiro en el constante y repetido tronar de los westerns, pero tanto entonces como ahora no deja de ser una vulgar cinta que no tiene interés.
Otro de los motivos por el que viene retrasada es por que ya no está tan poco en boca de todos la popularidad que su intérprete Roger Moore, (más conocido por el Santo), adquiriera por la pequeña pantalla interpretando al inarrugable tipo de un agente secreto. Paradojas de la vida, cuando precisamente comenzó en el cine haciendo películas de valiente caballero medieval. Al menos estaba más cercano a la época.
La película poseía un tema bonito para hacer tanto una película seria como una película cómica.
La cinta tiene algo de las dos cosas pero ninguna de ellas consigue ni por asomo. La segunda lo logró de un modo más jocoso, divertido y bien hecha el fabuloso Stanley Donen, en su no menos grata película "Siete novias para siete hermanos".
La primera cualquier cinta de romanos con un mínimo de ambiciones lo logra mejor que esta. El director no sabe mover unas masas, el decorado está burdamente construido y notándose en todo instante, el ambiente pocas veces logrado.
La interpretación floja y la dirección casi nula. El color es malo. La fotografía también.
Si tiene algún interés es por seguir el legendario relato de todos conocidos, y que algunas veces tiene lagunas, saltos en el tipo y otras torpezas, al igual que la realización con la que va pareja.
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