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CRITICA
Por: PACO CASADO
Juanita, una chica con una vida dura, criada por su malvada madrastra, con un horrible presente, decide abandonar a su familia e ingresar en un convento donde encuentra a un grupo de extravagantes monjas.
Nada más llegar deberá descubrir la misteriosa muerte de un sacerdote que se encuentra tendido en el suelo con un charco de sangre junto a su cabeza.
En los más de sesenta años que llevamos ejerciendo la profesión de crítico no recordamos haber visto una película tan mala como esta 'La reina del convento' (2023).
No sabemos de dónde habrá salido esta directora, Carmen Perona Cabrera, que firma con los dos apellidos, seguramente para que no nos olvidemos de ella y para ser identificada más fácilmente que, tras realizar un corto y un vídeo, se ha creído capaz de debutar en el cine con este su primer largometraje.
Para ello se ha escrito su propio guion para el que no ha tenido necesidad de ninguna ayuda de nadie, lo cual le hace la única culpable y responsable personal de este desastre.
El argumento no hay por donde cogerlo, la gracia no aparece por ningún lado, los personajes de las monjas son indefinibles, con unos diálogos en los que los tacos están presentes en todo momento, fuman, beben, ven fútbol, cantan el himno del Sevilla, con lo cual es un atentado contra la religión.
El reparto está compuesto por una serie de travestis y varias actrices veteranas como Gemma Cuervo o Isabel Ordaz que no sabemos cómo se han podido meter en este desaguisado que denigra al cine español.
La dirección es inexistente y el resultado final está acorde con esta horrible pesadilla para el espectador.
La otra pena es que deja a Andalucía y Sevilla por los suelos.
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