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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine español se renueva con sangre joven, con gente entusiasmada con el séptimo arte, de lo que tan necesitada está nuestra cinematografía nacional en estos momentos en los que empieza a abrirse camino en el mundo.
Presentada en su estreno mundial en el Tercer Festival de Cine Ecológico y de la Naturaleza de Tenerife, donde consiguió hacerse con el premio de la crítica presente en el certamen, así como con el aplauso entusiasta del público asistente.
'Sahara' (1984) es la primera película del joven director asturiano Antonio Rodríguez Cabal, licenciado en Geografía e Historia del Arte y fotógrafo profesional, que inicia aquí su singladura cinematográfica debutando en la realización de un largometraje con este título que supone su ópera prima.
El joven director sin haber hecho ni siguiera un cortometraje, se ha atrevido a ponerse detrás de una cámara y dirigir este primer producto.
Un inicio a lo Juan Palomo, ya que además de idear el argumento, escribir el guion y dirigirlo, se lo ha producido él mismo, cosa que hace muy bien, sobre todo en esta última faceta, porque organizar un rodaje en pleno desierto no es un empeño baladí, ni sencillo, ni fácil.
En el otoño del año 1973, dos jóvenes madrileños y una muchacha francesa, desaparecieron sin dejar rastro, cuando intentaban la travesía del desierto del Sahara.
Todo empezó en Argelia, donde los españoles se enteraron que las llamadas "pistas C", que ellos habían elegidos para vivir esta aventura, no podía correrse en solitario.
Asociados a un grupo francés, compuesto por dos hombres y una mujer, llegan a Tamm Rased, la puerta del desierto.
A partir de aquí, solo la pareja madrileña y la chica francesa, se arriesgan en algo que termina en inevitable tragedia.
Basándose en una historia real acaecida en el año 1973, en la que tres jóvenes italianos murieron cuando viajaban a Costa de Marfil, se ha tejido un relato de aventuras, con bastantes perfiles de comedia y alterando de alguna manera los acontecimientos para novelarlos y darles forma cinematográfica y al mismo tiempo introduciendo algunos convencionalismos necesarios y un poco de fantasía a la resolución del mismo.
El film es una comedia que se desarrolla en el desierto del mismo nombre del título en el que no está tampoco ausente el drama y en el que la aventura descrita en la pantalla a veces se confunde con la auténtica, que fue el rodaje de la cinta, que en algunos momentos estuvo a punto de ser abandonado definitivamente.
No resulta muy afortunado el guion donde hay caídas de interés en la aventura, cierto infantilismo notable a la hora de dibujar a unos personajes que resultan poco consistentes, lo que también ocurre con los diálogos.
La dirección resulta más entonada que tienen la poca entidad de los personajes y los rodeos narrativos reducen el logro total del conjunto, no obstante el resultado es esperanzador para el nuevo director que hace un trabajo bastante digno.
Es la ópera prima no sólo de su realizador, sino también de los actores principales que debutan igualmente en el cine.
Ha sido afrontada con la voluntad y la naturalidad propia de la juventud que comunica en todo momento al espectador.
Cuenta esta cinta con una bellísima fotografía realizada por Javier Salmones, debutante en esta tarea, y adornadas las imágenes con la música compuesta por Carlos Viziello.
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