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CRITICA
Por: PACO CASADO
Lo que parece que está de moda en el cine actual, además de las secuelas o segundas y terceras partes de las producciones que han tenido un gran éxito comercial, es mezclar, por ejemplo, una trama de carácter policiaco con otro tema bien distinto, como puede ser la práctica del surf como ocurría en 'Le llaman Bodhi' (1991), o con los trucos de efectos especiales que se usan en el cine para producir la ilusión óptica en los espectadores, que es lo que sucede en esta historia que comentamos.
Un conocido creador de efectos especiales, es contratado por el ex marido de su amante, un policía, para que prepare una trampa a un conocido criminal psicópata.
Pero el policía muere en la trampa y se descubre que ha sido la propia policía corrupta la culpable del asesinato para proteger los intereses de la mafia.
Estamos ante la secuela de F/X. Efectos especiales, en la que de nuevo el protagonista, ahora ya retirado de su oficio, es requerido otra vez por la policía para que le ayude a dar caza a un psicópata asesino que quiere matar a una guapa muchacha.
Mientras tanto resulta asesinado un policía.
Tan sólo el especialista en trucos cinematográficos intuye que allí hay gato encerrado y se pone en contacto con su amigo ex-policía, que ahora es investigador privado, para que le ayude a resolver el complicado caso.
En esta segunda parte el productor ha echado mano para este nuevo film de los dos actores principales de la primera cinta, Bryan Brown y Bryan Dennehy, para protagonizar esta continuación, pero se ha cambiado casi todo el equipo técnico, saliendo ganando en la realización siendo sustituida por el director Richard Franklin, del que recordarán algunos de sus títulos anteriores como 'Patrick' (1978), 'Psicosis II: El regreso de Norman' (1983), 'Link' (1986) frente al casi inexperto Robert Mandel.
También sustituye la brillante música que para la primera película compuso Bill Conti, aunque el compositor elegido en esta ocasión, Lalo Schifrin, no le va a la zaga, a pesar de que su música no sea tan espectacular con la de la primera parte.
También en la fotografía de M. Ondricek se puede decir que se haya salido perdiendo con la de Victor J. Kemper
Lo cierto es que aquí, una vez más, se enjareta una trama policiaca y se adorna con la traca de los efectos especiales que utiliza el especialista para asombrarnos a cada paso de la interesante narración.
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