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CRITICA
Por: PACO CASADO
La acción de esta historia real del joven Andrés Kim Dae-geon, se desarrolla en el año 1845, donde en medio de la oscuridad se enciende una luz la esperanza, en la que este joven coreano de la dinastía joseon, nacido en 1921, al sur de Seúl, hijo de una familia noble, convertida al catolicismo, que fue bautizado a los 15 años de edad, adoptando el nombre de Andrés, diseñó el primer mapa de Corea.
El joven Andrés Kim Dae-geon siente la vocación religiosa a raíz de conocer a un sacerdote francés y viaja a Macao con sus dos compañeros, Choi Yang-eop y Choi Bang-je para ingresar en un seminario y formarse para ser ordenado sacerdote.
Tiene voluntad de entrega al amor de Dios, algo que demuestra en el transcurso de toda su vida.
Durante ese tiempo en que se va formando como religioso y progresa en los diversos estadíos de su formación, persisten las invasiones extranjeras y continua la Guerra del Opio entre China e Inglaterra, pero él sigue abriendo caminos a la fe y la esperanza, hasta conseguir llegar a ser el primer sacerdote mártir de la historia de Corea del Sur.
Mientras tanto la monarquía imperante en el país piensa que los católicos están ayudando a la invasión y son perseguidos, apresados y torturados los conversos y finalmente muchos de ellos ejecutados.
Fueron muchas las aventuras y padecimientos del joven protagonista, con momentos de pasar hambre, de cruzar desiertos a pie en busca de nuevos caminos para los misioneros esquivando la vigilancia de los soldados, de enfrentarse a enfermedades como la viruela y el cólera, difícil de combatir en aquellos tiempos, o de sufrir las consecuencias de una gran tormenta mientras hacía la travesía del Mar Amarillo a punto de zozobrar ante las enormes olas que azotaron la pequeña embarcación a la que pusieron el nombre de Rafael, en recuerdo del arcángel del mismo nombre, en la que viajaba con otros tripulantes.
Por cierto esta secuencia está perfectamente realizada dando una gran sensación de realismo.
Andrés Kim se destacó por la defensa de la dignidad humana en lo que fue todo un pionero.
Finalmente fue ordenado sacerdote en 1845 por el obispo francés de Seúl Monseñor Jean-Joseph Ferréol, para terminar siendo decapitado a la edad de 25 años y canonizado por Juan Pablo II el 6 de mayo de 1984, interpretado por el actor Yoon Shi-yoon.
Es una historia interesante, pero difícil de seguir, dado los caracteres orientales de la mayoría de los protagonistas, por lo desordenado del guion con tantos hechos a contar y debido a su extenso metraje de dos horas y media, puede resultar un poco cansina.
La realización ha hecho un gran esfuerzo por parte de su responsable Park Heung-sik que se hace cargo del guion y de la dirección, para sacarle provecho a los quince millones con los que ha contado de presupuesto para este hagiográfico drama histórico con carácter de superproducción, que es el primero de sus cinco largometrajes que se ve en España.
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