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CRITICA
Por: PACO CASADO
El en otros tiempos famoso Paul Naschy, actor y director de multitud de películas y personajes del cine de terror, tras seis años trabajando en Japón ha vuelto a España cuando ya se le había pasado su momento.
Después de unos años sin hacer cine, regresa esporádicamente en algunas producciones del género y ahora lo hace con un guion propio que parece inspirado por una parte en su experiencia última de actor en paro y en el famoso tema clásico de Fausto, de Johan Wolfgang Goethe, por aquello de que el protagonista, sin querer, vende su alma al diablo.
Ese es el tema de esta producción en la que Pablo Thevenet, actor veterano, no encuentra trabajo más que a la puerta de un club de alterne de lujo, maquillado de célebres personajes tales como Jack el destripador, Iván el terrible, Barba Azul, etc., disfraces y personajes que aprovecha para llevar a cabo una docena de crímenes de personajillos famosos por sus andanzas sexuales, en venganza por considerarse un profesional al que le están quitando el trabajo.
El film es uno más de los muchos que hizo en su día Paul Naschy, algunos de los cuales cita en los diálogos como propios del personaje, revestido de un cine falsamente moderno, de rápidos planos y montaje singular, que no aportan nada en este debut en la dirección de Christian Molina como realizador, ni tampoco a la mítica carrera de Paul Naschy, como actor.
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