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CRITICA
Por: PACO CASADO
La cinematografía británica tiene una buena tradición en el género cómico destacando con una personalidad propia.
Desde 'Genoveva' (1953) a 'El quintero de la muerte' (1955) o 'Los apuros de un pequeño tren' (1953), han sido comedia sencillas, ingenuas, que han destacado por su fino humorismo.
Después se dejó arrastrar por aspectos más groseros como la serie 'Carri on...' y últimamente ni siquiera eso.
Ahora 'The parole officer. El agente de la condicional' (2001) nos ha recordado de alguna manera aquel tipo de películas, aunque esta está bastante menos lograda.
Simon Garden, un agente de la condicional, que después de haber tratado a más de mil reclusos tan sólo ha logrado reinsertar a tres, es trasladado de oficina por ser un inútil.
Un día presencia un asesinato cometido por un policía corrupto, y éste le acusa de ser el que ha cometido el crimen, siendo amenazado de muerte.
Para librarse ha de rescatar la prueba inculpatoria de la caja fuerte de un banco, para lo que requiere a los tres expertos que regeneró, más una ladronzuela de coches y así demostrar la verdad y limpiar su nombre.
Buena parte del ingenuo metraje se va en planear el absurdo atraco, de donde se desprenden las incidencias cómicas del film.
El británico John Duigan, autor de 'Un hombre de éxito' (1996) o 'Inocencia rebelde' (1997), hace una puesta en escena sencilla, sin complicaciones, ya que se trata de una comedia superficial realizada con la única finalidad de pasar el rato.
Steve Coogan resulta menos patoso de lo que pensábamos, aunque a veces se pase en gestos en este su debut como protagonista.
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