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CRITICA
Por: PACO CASADO
Ken Russell es un director inglés que en su momento saltó a la fama después de hacer algunas películas de poco relieve, con algunas cintas que por su tratamiento y algún que otro escándalo llamaron la atención del público, como fueron los casos de "Los diablos", "Tommy", "La pasión de vivir", "Mujeres enamoradas y algunas biografías musicales.
Ahora, tras algún tiempo haciendo videoclips y otros trabajos para la pequeña pantalla, vuelve con "La pasión de China Blue" en donde incide de nuevo en una historia de carácter erótico en la que confluyen tres personajes.
Bobby, que tiene problemas en su matrimonio después de algunos años de convivencia en común que, necesitado hace de investigaror en sus horas libres. Joanna, una mujer, diseñadora de modelos, de la que su jefe sospecha que hace espionaje industrial, cuando en realidad lleva una doble vida nocturna. Y el reverendo Peter Shayne, atormentado por el sexo que pretende redimir a la pecadora nocturna.
Los tres personajes, cada uno con sus problemas, vienen a confluir en un mismo punto de la historia y se verán embarcados en el mismo problema.
Cada tema en sí hubiera dado lugar a una película, que Ken Russell mezcla en una sola, dándole oportunidad para ofrecer fuertes escenas eróticas que desvían en gran parte la atención del problema y a las que dedica más tiempo del debido.
Esto, y algunas salidas de tono y exageración del personaje de Anthony Perkins, le restan seriedad a unas problemáticas que, tratadas en profundidad, y con seriedad, hubieran dado mucho más juego.
Kathleen Turner hace aquí un papel muy difirente al de "Fuego en el cuerpo" o "Tras el corazón verde". Bien John Laughlin y exagerado Anthony Perkins.
Esperabamos más de Ken Russell.
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