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CRITICA
Por: PACO CASADO
A veces cuando los géneros están gastados se recurre a las parodias. Pero hacer en estos momentos un Western, que ni haciéndolos buenos acude el público, era una total equivocación recurrir al oeste para hacer una película cómica.
La cinta pretende hacer un retrato cómico de las antiguas películas del Oeste en las que el protagonista tenía un lindo caballo bien enjaezado y llamado Centella, mientras lucía atildadas camisas llamativas con lujosos bordados en sus botas y flamantes revólveres con culatas naceradas.
Los buenos siempre ganaban, porque para eso eran los buenos y los malos perdían por idénticos motivos.
Con estos precedentes se construye esta parodia, iniciada con imágenes en blanco y negro simulando las viejas películas, en la que un atildado vaquero cantante llega a un poblado del Oeste y allí resuelve todos los entuertos habidos y por haber.
Hugh Wilson, junto a cuyo nombre se utliza como reclamo "el director de Loca academia de policía", no duda, como guionista y director a un tiempo, en recurrir a todos los viejos trucos y tópicos para hacer reir, cosa que a duras penas consigue en determinados momentos.
Tom Berenger hace del apuesto vaquero con una breve aparición final de Patrick Wayne, hijo del famoso John Wayne, en el papel del pistolero.
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