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CRITICA
Por: PACO CASADO
Estamos en el otoño de 1944 en los últimos estertores de la Guerra Civil española, en la que un grupo de maquis va de retirada, buscando desesperadamente la frontera con Francia para escapar del país.
En su marcha se encuentran con un pueblo, del que ni siquiera conocen su nombre, y deciden tomarlo, al tiempo que les servirá de descanso de su largo caminar y reponer fuerzas comiendo algo.
De esa manera entran en el edificio de la estafeta de correos disparando contra los que allí se encuentran en esos momentos, muriendo algunos y apresando a los restantes que quedaron vivos.
En los servicios está Remedios Buendía, una mujer ya entrada en edad, que está prometida a un oficial del ejército español, el capitán Aguado, que es muy partidaria de Franco.
Ella ha acudido allí a recoger el vestido de novia que le han enviado por correos, con el que en breve contraerá matrimonio.
Entre tanto ella vive con su hermano Antonio, de ideas socialista, muy diferentes a las suyas.
Tras recoger el paquete se está probando el traje en los servicios cuando ha llegado el grupo de maquis que le coge vestida de novia.
Ella está dispuesta en todo momento a defender sus valores en los que cree firmemente y por los que no le importa llegar hasta donde sea necesario, por ello, en todo momento tratará de hacer la guerra por su cuenta contra los maquis.
A partir de ocurrir esos hechos todo el resto de la trama se desarrolla en las distintas dependencias del edificio, con breves salidas al exterior, en un enfrentamiento con la Guardia Civil y a recoger a los muertos.
La historia está basada en la novela de igual título escrita por Raymond Queneaud, el coguionista de 'Zazie en el metro' (1960), de Louis Malle, publicada en 1947, cuya acción en el texto literario ocurría en 1916 en Irlanda, y aquí se ha trasladado a España.
De esta misma novela ya existe una versión anterior realizada en 1971 por el director francés Michel Boisrond.
De la novela ha hecho la adaptación y el guion Miguel Barros, que resulta un poco confuso y no muy definitorio de los distintos personajes que componen el grupo, con un final que resulta un tanto imprevisible.
La dirección corre a cargo de la veterana de 53 años Clara Bilbao en la que se da un caso singular ya que ella ha estado siempre ejerciendo en el cine español el cargo de diseñadora de vestuario, oficio en el que está en posesión de tres premios Goya, tras tener más de cincuenta títulos en su filmografía como tal y ahora debuta tras las cámara como directora después dirigir un par de cortometrajes.
En este caso está muy cuidada la ambientación de la época, pero pierde un poco el ritmo, mientras que la acción decae en su interés conforme va avanzando el relato que se desarrolla en su mayor parte en ese único lugar, con tintes de inclasificable comedia negra, con tono ácido y algo disparatada, con cierta melancolía y algo e sátira.
Por su parte Carmen Machi, que va de lo patético a lo grotesco, forma parte fundamental en esta teatral función, siendo la única mujer entre tantos hombres a excepción de la breve aparición de la chica que atiende el mostrador de la estafeta, en la que muestra distintos estados de ánimo y donde confluyen la tragedia, el drama y la comedia en algunos momentos.
Tiene un buen reparto en el que destaca, además de Carmen Machi, el andaluz Antonio de la Torre, un poco reconocible Oscar Ladoire y dos breves apariciones de Luis Tosar, al principio y al final.
Premio a la mejor ópera prima en el Festival de cine en español de Málaga.
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