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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hacer un remake de una película famosa tiene sus dificultades, pero hacerlo de una serie de televisión, basada en un best-seller que se ha convertido en un clásico literario, es un reto mucho mayor.
Eso es lo que ha afrontado el realizador británico Julian Jarrold al hacer una nueva versión de la famosa serie de televisión de igual título llevada a cabo en 1981 por Charles Sturridge e interpretada por Jeremy Irons que supuso su lanzamiento, basada a su vez en la novela de Evelyn Vaugh publicada en 1945, una estupenda obra del siglo XX, que originó un escándalo en su momento al tratar temas como la homosexualidad, la educación represiva y sobre todo la religión, siendo tachada de anticlirecalismo.
En los años veinte Charles Ryder, un humilde estudiante de la universidad de Oxford, hace amistad con Sebastián Flyte, un homosexual y bebedor, hijo de una familia aristocrática, cuya madre se caracteriza por su carácter dominante y fanático catolicismo y cuyo padre tiene una amante en la ciudad de Venecia.
Tras ser invitado a pasar las vacaciones de verano en Brideshead se enamora de Julia, la hermana de Sebastián, despertando así su ambición de alcanzar un puesto en la alta sociedad, aunque su ateísmo supondrá una dura barrera para poder lograrlo.
Un amor florece durante la Segunda Guerra Mundial.
Esta nueva versión hace un crudo retrato de la decadente aristocracia británica de la época, y del declive de una forma de vida, algunos de cuyos temas siguen siendo actuales, como el conflicto entre el ateísmo y el catolicismo, la educación en la infancia que marca la vida, o la falta de escrúpulos de un joven cuya ambición le impulsa a escalar puestos en la sociedad y acaba pasándole factura.
Este film se puede ver de dos formas: si no se ha leído la novela o vista la serie se contemplará de una manera y si se conocen ambas o cualquiera de las dos, de otra ya que siempre se tenderá a comparar y saldrá perdiendo con respecto a la serie de televisión, ya que dispone de menos metraje, por lo que hay pasajes que se han abreviado y algunos secundarios que han sido suprimidos directamente.
El guion nos va mostrando la caída moral de los personajes y la decadencia que va destruyendo a la familia, al tiempo que soslaya las dificultades de adaptación de una obra tan extensa para resumirla en sólo dos horas largas de metraje, haciendo una síntesis bastante digna que merece la pena.
La cinta está llevada a cabo con el clasicismo y la frialdad que el cine inglés suele tratar estas historias de época, con lentitud en la narración, con belleza en la fotografía, exquisitez en los decorados y con un elenco de actores que dan la talla, aunque algunos sean desconocidos, destacando la maestría de Emma Thompson en el papel de la madre.
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