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CRITICA
Por: PACO CASADO
Con estupendas series de televisión, con un éxito mundial como el de 'Mi querida señorita' (1972) y otros muy taquilleros como 'El amor del capitán Brando' (1974), con títulos menos populares pero con una realización realmente notable como 'Nunca es tarde' (1977) o 'Al servicio de la mujer española' (1978), el guionista y director Jaime de Armiñán, es indudablemente uno de los mejores directores españoles, tanto de series televisivas como de películas, que cuenta con un mayor prestigio entre los realizadores españoles, a pesar de su humildad que le hace carecer de carisma o del divismo y reconocimiento de un Carlos Saura, Luis García Berlanga o Luis Buñuel, por ejemplo.
Jaime de Armiñán sabe siempre aunar en su cine una gran dosis de realismo, junto con las costumbres populares con argumentos ciertamente originales que le dan un tono cotidiano a sus insólitas historias.
La pueblerina vida que lleva el excéntrico don Alejandro, un hombre de sesenta años, que fue director de orquesta que ahora se encuentra viudo, da un giro notable el día en que conoce a la joven Gregoria, a la que todos llaman Goyita, una niña de apenas trece años, inteligente, muy imaginativa y con una gran sensibilidad, hija de un policía, que hace que se convierta en un romántico amor platónico pero imposible con esta chica en flor, ateniéndonos a la más pura realidad, que incómoda a los influyentes vecinos del pueblo, como el cura, la maestra, o el guardia civil....
Así ocurre en 'El nido', con un argumento poético pero también sencillo de un amor loco con el enamoramiento entre esta muchacha de trece años, aguda y posesiva, y un viejo hidalgo ya metido en los sesenta, muy aficionado a la música y con unos grandes conocimientos culturales, que lo único que le espera ya en la vida es la muerte.
Junto a ese insólito amor, ciertamente difícil de llevarse a cabo y condenado por todas las personas de su entorno, Jaime de Armiñán define y dibuja al detalle el ambiente del pequeño pueblo de la provincia de Salamanca donde se desarrolla este relato, así como el bosque, o el espléndido caserón señorial y las gentes que lo viven: la madre, el cura amigo, el guardia civil, la maestra del pueblo entre otros...
Todos ellos componen un perfecto cuadro en el que sobresale la historia principal, con las figuras perfectamente delineadas del viejo Alejandro y la insólita joven Goyita.
Y lo que pudiera tener el relato de escasa originalidad, ya que de forma genérica se ha tratado en muchas ocasiones, aunque de maneras muy distintas, aquí Jaime de Armiñán lo adorna con unos estupendos diálogos, bien ideados, llenos de humanidad, de sensibilidad y adornados con detalles ambientales en cuanto a la decoración del escenario.
El film posee, como no podía ser de otra manera, un gran trabajo interpretativo del veterano actor Héctor Alterio y de Luis Politti, en la que su última actuación de éste último en el cine antes de su reciente fallecimiento, que juntos hacen inolvidable la escena del protagonista con el sacerdote así como de la joven actriz Ana Torrent, que ya tenía anteriores interpretaciones admirables en 'El espíritu de la colmena' (1973) de Víctor Erice o 'Cría cuervos' (1976) de Carlos Saura, que le sigue a ambos a su gran altura.
Extraordinaria resulta la notable fotografía del sevillano Teo Escamilla que adorna a esta cinta.
Fue nominado al Oscar. Mejor actriz Ana Torrent en Montreal. Premio Sant Jordi a Patricia Adriani. Premio ACE a la mejor película, dirección, Héctor Alterio, Ana Torrent y María Luisa Ponte.
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