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CRITICA
Por: PACO CASADO
Un grupo de amigos de la universidad alquilan una casa en las afueras de la ciudad para pasar juntos el fin de semana.
Tras probar diversas formas de divertirse y pasarlo bien, empiezan a recorrer la casa viendo los objetos que posee el dueño de la misma.
En el recorrido encuentran una puerta que está cerrada, pero la fuerzan y ésta da al sótano donde hay más cachivaches y objetos antiguos, entre ellos encuentra una caja que contiene las cartas del Tarot.
Una de las chicas, que tiene cierta experiencia en leer dichas cartas, le va interpretando el horóscopo a cada uno de ellos.
Antes advierte que no se pueden infringir las normas, pero no obstante no echan cuenta de ello.
Cuenta la historia que los amigos infringen de manera imprudente la regla sagrada de la lectura de las cartas del Tarot en la que nunca se debe utilizar la baraja de otra persona.
De esa manera desatan sin saberlo un mal indecible atrapado en esas cartas que al parecer están malditas.
Cuando dos de ellos han muerto en extrañas circunstancias y de manera consecutivo tal como decían las cartas, van a consultar a una médium para que les digan qué tienen que hacer para tratar de evitar más muertes.
Todos tendrán que enfrentarse cara a cara con el destino para acabar en una carrera para escapar del futuro destino que predicen las cartas.
Uno a uno empiezan a morir de la manera en las que ha predicho la lectura del horóscopo al haber infringido sus normas de manera consciente.
La película tiene esta especie de prólogo que sirve para la presentación de los protagonistas y la forma de actuar de cada uno de ellos.
Una vez leídos los horóscopos de todos el resto es previsible, sabiendo que más o menos irán cayendo. si no todos algunos, sin saber en qué orden, que es la única incógnita, como es habitual en los films de este género.
La mayoría de las veces al que le toca el turno se ve en las situaciones más insospechadas, con la aparición de monstruos o personajes terroríficos, tratando de asustar al espectador con dichas imágenes además de con golpes de efectos de sonido o de música.
Los actores, todos ellos juveniles y poco o nada conocidos, no van a conseguir ninguna medalla por su trabajo en esta ocasión.
Tanto Spencer Cohen como Anna Halberg debutan en la dirección de un largometraje con 'Tarot' (2024) tras haber dirigido algún corto y una serie de televisión, como única experiencia, por lo que la realización es deficiente, repetitiva en situaciones e imágenes.
Como toda la historia se desarrolla de noche la fotografía no puede ser más oscura y apenas deja ver nada.
Hacía tiempo que no veíamos una cinta de terror tan mala como esta.
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