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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras el gran éxito comercial de 'El peque se va de marcha' (1994), los avispados distribuidores, como está dirigida también por Patrick Read Johnson, se les ocurre que a Angus se le puede poner 'El gran peque va de ligue' (1995), como si se tratara de una continuación, aunque nada tiene que ver, como si el peque hubiera crecido y siguiera haciendo de las suyas.
Nada más lejos, ya que recuerda más a aquellas producciones de los albóndigas, por aquello de desarrollarse casi toda en un colegio, con las clásicas gamberradas y rivalidades entre los muchachos, que a aquel otro título antes citado.
Es el caso de Angus Bethune, un chico adolescente grande y patético de 14 años, algo tímido, que tiene complejo de gordo, que está secretamente enamorado de Melissa Lefevre, la chica más guapa y popular del colegio, pero que lógicamente se la lleva el más apuesto y guapo de la clase que, para burlarse de él, confabula a su pandilla para que le voten rey de la fiesta de fin de curso, junto con Melisa, la atractiva chica.
Pero la jugada le saldrá al reves, ya que será la oportunidad para que ella le confiese a Angus que no es perfecta y que prefiere la inteligencia a la belleza.
La película tiene un guion con un desarrollo previsible desde el principio, pero lo que más destaca es el afán de superación del protagonista, animado por su abuelo y por su madre, también gruesos como él, en contraste con su orejudo y flacucho amigo.
Como se puede observar nada tiene que ver con el aludido peque, ya que simplemente es un pasatiempo juvenil, con dos buenos actores como secundarios de esta historia, Kathy Bates y George C. Scott, y un cameo de pocos minutos de Rita Moreno.
A los juveniles intérpretes no se les puede pedir más de lo que hacen.
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