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CRITICA
Por: PACO CASADO
En estos tiempos que corren en los que el cine norteamericano está inundado de películas superficiales y efectos especiales, es de agradecer que podamos tener un film con contenido, aunque sea un drama familiar como el que nos presenta 'El compromiso' (2002).
Bien es verdad que la familia tradicional no vende, es más rentable mostrar los problemas sociales, marginales, los desarraigos, los dramas, las drogas, etc. que los simples lazos afectivos.
Mientras lidia con la muerte de su prometida, un joven se hace amigo de los padres de ella y debe averiguar qué quiere realmente de la vida.
La historia se inspira en un suceso real, sufrido por el propio director, Brad Silberling, al que un psicópata asesinó a su novia, la actriz Rebecca Schaeffer, el 18 de julio de 1989, y que éste convierte en un canto a la vida.
Traslada al guion los desvelos del matrimonio formado por Ben, un fracasado hombre de negocios, y Jojo, una irónica escritora que utiliza el sarcasmo como válvula de escape, que sufre la pérdida de su hija Diana, días antes de contraer matrimonio con Joe, quien pretenden que cubra el hueco dejado por ella, cosa que hace temporalmente, hasta que encuentra a otra chica, Bertie, y trata de seguir los dictados de su corazón, comenzando otra vida con un nuevo amor.
El irregular realizador Brad Silberling, experto en series de televisión, debutó en el cine con la exitosa cinta 'Casper' (1995) a la que siguió 'City of Angels' (1998) y ahora hace su tercer título con 'El compromiso' (2002), en el que otra vez vuelve a tener como tema central la muerte.
El hábil guion de Brad Silverlin, que tarda un poco en encontrar su sitio, tiene sinceridad y verosimilitud en el enfrentamiento generacional y honestidad en dejar a los personajes expresar libremente sus sentimientos de dolor o alegría.
Tal vez le sobre, el tema judicial, cuyos personajes son episódicos dentro del drama.
Una cinta hecha con grandeza y honestidad adornada con algunas gotas de humor e ironía, en la que el verdadero protagonista es Jake Gyllenhaal, interpretando el yerno de Ben y Jojo, que no solo soporta todo el peso, sino que además da una estupenda réplica a dos grandes monstruos como son Dustin Hoffman y Susan Sarandon.
Estupenda la actuación de la joven Ellen Pompeo como Bertie, el nuevo amor de Joe.
Premio de la sociedad de críticos de Las Vegas para Susan Sarandon.
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