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CRITICA
Por: PACO CASADO
Un cine universal por sus valores de puesta en escena netamente enmarcado en la situación norteamericana como en aquellos momentos era el divorcio.
La falta de comunicación, y no el desamor, acabó con el matrimonio de Richard y Barbara Harmon, tras diecisiete años de convivencia sexual.
Las cosas se han vuelto demasiado predecibles en su matrimonio.
Discuten, visitan a un consejero matrimonial y finalmente acaban por separarse.
El divorcio resultó traumático para ambos, pero mientras que Barbara se quedó con los hijos, la casa y una buena pensión alimenticia, Richard se vio obligado a vender el coche, vivir en un modetísimo apartamento y prescindir de todo lo que es aparentemente superfluo.
De esa manera Richard descubre que la vida de divorciado es aún peor que la de casado, aunque se lleven mal.
Entonces apareció en su vida Nelson Dawnes, otro divorciado que se encuentra en sus mismas circunstancias económicas que buscaba ansiosamente un novio rico para su ex-mujer.
Tras conocer a otras personas, se reencuentran ambos en un club nocturno.
Cine de entronque familiar, representativo, humorístico, sin perder la gota amarga de aquello que el hombre no puede arreglar porque los prejuicios le acogotan.
El divorcio, tratado en anchura, como la comedia norteamericana sabe y puede hacerlo.
Divirtiendo, pero haciendo pensar al mismo tiempo.
Alegrando, pero emocionando a la vez.
Todo esto se consigue a base de un guion agudo, inteligente, con una estupenda estructura y un sentido dinámico totalmente cinematográfico, saltando el tiempo y el espacio con suavidad, y siempre en función de las escenas que vienen a continuación. Todo ello da a la narración la que es su virtud fundamental: el interés.
Por otra parte el director Bud Yorkin ha resuelto con facilidad el problema de plasmar en imágenes el ya bien conseguido guion, ha sabido huir de lo accesorio y ha construido con fantasía, dentro del clasicismo, una cinta agradable y también profunda.
Bud Yorkin dirige bien a los actores, aunque le saca mejor partido en su colocación y movimientos que en la expresión. Lucimiento de la pareja protagonista y buena fotografía de Conrad Hall.
Nominado al Oscar el guion.
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