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CRITICA
Por: PACO CASADO
El polifacético artista gaditano Pablo Carbonell se ha sentido tentado por la dirección cinematográfica y ha escrito, dirigido e interpretado este guion que trata de hacer una visión con humor de la situación del pueblo gaditano de Barbate, apuntando problemas como el amarre de la flota pesquera, el paro, la emigración que llega de las costas marroquíes y el tráfico de droga, temas que son el pan nuestro de cada día en ese lugar.
Todo ello queda apuntado, pero tan sólo de manera superficial, ya que lo que trata de hacer es una comedia y se olvida del drama social que todo ello supone para sus habitantes.
Manuel y María, viven juntos desde hace diez años, tienen un hijo, que está a punto de hacer la primera comunión.
El problema es que el niño no está bautizado, sus padres no están casados y viven de forma precaria, aunque son buena gente.
Con ingenio y pillería, tratarán de celebrar la boda e incluso invitar a comer a los asistentes algo que les está prohibido, el atún, como una ironía del destino, ya que son ellos los que lo pescan, pero está tan caro que no se lo pueden permitir.
El film tiene un buen comienzo, con cierta dosis de crítica social en tono de sainete andaluz, pero pronto pierde el ritmo y se diluye entre esta acción principal y la que lleva a cabo el sheriff, un traficante que hace en plan cómico Antonio Dechent, que secuestra a un morito para extraerle de su cuerpo unas dosis de hachis, lo que resulta algo escatológico.
En su argumento se pueden detectar algunas referencias a títulos como 'El viejo y el mar' o 'El cartero siempre llama dos veces', en la escena que se desarrolla en la cocina
Algunos gags salpicados a lo largo del argumento y muy buena voluntad por parte de los actores, salvan una función que resulta entretenida, sin más.
Premio al mejor actor a Pablo Carbonell en el 7º Festival de Cine en español de Málaga. Premio Spanish Music al mejor score.
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