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CRITICA
Por: PACO CASADO
Un escritor, para preparar mejor su próxima novela, protagonizada por unos jóvenes estudiantes, decide acercarse a ese ambiente y se matricula en un instituto.
Algunas de sus nuevas compañeras van a crearle maravillosos problemas, ajenos por completo a sus necesidades ciertamente literarias.
El director Cameron Crowe se hizo pasar por alumno para meterse en un colegio mixto y contar después, desde las páginas de un libro, lo que allí pasaba.
Después se animó a escribir el guion con las aventuras y desventuras de un puñado de adolescentes que cada uno lleva la vida a su manera allí dentro del colegio, unos son pasotas, algunos trabajando en las horas libres y otras en busca de experiencias amorosas, que incluso les llevan al aborto.
Para esto no hacía falta introducirse en ningún sitio, para contarnos estas experiencias, ya que esto ha sido contado multitud de veces en películas anteriores, con fondo de canciones de los cantantes que en esos momentos gustaban a la juventud, que, lógicamente, eran los más adecuados para ambientar esta clase de historias.
Las gamberradas se suceden, salpicando así el film de chistes más o menos graciosos o chocantes según los casos.
No podía faltar el adolescente que es una buena persona, el ingenuo, el medio tonto, el avispado, y así podríamos seguir con una larga galería de distintos tipos.
Casi todos los actores, eran desconocidos en aquellos momentos, si exceptuamos a Phoebe Cates, que hace el papel de Linda, y Ray Waltons que incorpora al bueno y severo profesor Hand, hoy son ya casi todos famosos en su mayoría.
Está dirigida por Amy Heckerling con cierto oficio, pero sin garra, y ciertamente no ofrece nada nuevo respecto al tema que trata.
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