|
CRITICA
Por: PACO CASADO
El terror ha colonizado las pantallas en los ochenta y en este caso se mezcla con el género de la ciencia ficción para que tuviera un mayor efecto.
La base tomada en este caso es un famoso best seller The space vampires, de Colin Wilson, publicado en 1976, al que se le han cambiado algunas cosas, como por el hecho de suceder en el presente y en una ciudada como Londres y que la nave espacial venga con el famoso cometa Haley que hará su aparición en 1986, lo que es aprovechado para simplificar su entendimiento y también la oportunidad publicitaria que pudiera suponer, ya que en esto momento no se habla de otra cosa.
Una nave espacial encuentra una cápsula con tres figuras humanas que son transportadas a Londres.
Cuando estas réplicas cobran vida, siembran el terror.
Son vampiros espaciales que a diferencia de los tradicionales en lugar de chupar la sangre supcionan la fuerza vital de los humanos que pillan de paso.
El film pretende trasplantar el tema clásico de los vampiros al futuro con esta diferencia, pero el endeble guion que posee lo transforma en una cinta vulgar semejante a las de zombies y muertos vivientes que están de moda en otros tiempos.
Aunque su arranque sea prometedor, los diálogos y la incoherencia del relato tiran por tierra la labor de Tobe Hooper, director especialista en el cine de terror, con películas tan conocidas como 'La matanza de Texas', 'Trampa mortal', 'Phantasma II', entre otras.
La música de Henry Mancini se sale de su línea habitual, haciéndose más espectacular para dar unidad y emoción a las imágenes aunque no le va este género a este compositor.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE