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CRITICA
Por: PACO CASADO
El director alemán Roland Emmerich desde que comenzó a colaborar con el cine norteamericano con 'Stargate' (1994), le cogió gusto a las superproducciones y no ha parado desde entonces de ofrecernos una película cada dos años aproximadamente, cada una de un género diferente que va desde la ciencia ficción de la mencionada al film de catástrofe de 'Independence' Day (1996), el terror de 'Godzilla' (1998), el histórico espectacular en 'El patriota' (2000), el desastre climatológico 'El día de mañana' (2004) y ahora se va a la prehistoria con '10000' años antes de Cristo en que sitúa este relato.
Todas tienen en común la mayor o menor cantidad de efectos especiales y los buenos resultados en la taquilla.
Un guerrero, D'Leh, se convierte en el elegido de su pueblo, los yagahl, y cuando unos diablos de cuatro patas raptan a Evolet, su amada, una bella criatura de ojos azules, encabeza a un grupo que va en su rescate, uniéndoseles por el camino, en ese viaje iniciático, otros pueblos hasta llegar a una civilización más avanzada que construye pirámides que para ello captan a aquellos hombres a los que convierten en esclavos, privándoles de libertad.
Ni que decir tiene que son muchos los peligros que les asechan, desde animales prehistóricos que les atacan, hasta una manada de mamuts en estampida a los que pretenden dar caza para su subsistencia.
No es más que una cinta de aventuras cuyo imaginativo guion se toma muchas licencias, sin el más mínimo rigor histórico, en la línea de 'Apocalypto' (2006) y otros títulos de este género, lleno de fantasía y multitud de efectos especiales con una romántica historia de amor.
Está interpretada por actores casi desconocidos algo pretendido para que el espectador se identifique con el protagonista y no con una estrella famosa de la pantalla.
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