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CRITICA
Por: PACO CASADO
Clint Eastwood se ha lanzado esta vez a una deliciosa conquista galáctica al tiempo que hace una reivindicación de la tercera edad para demostrar que la experiencia es un gradoa tener en cuenta en la vida.
Un antiguo piloto de la fuerzas aéreas y diseñador de satélites, Frank Corvin, ya jubilado, es reclamado por la NASA para arreglar uno suyo que anda averiado por el espacio y se ha salido de su órbita, ante de que vuelva a entrar en la atmósfera terrestre.
Pone como única condición que también le acompañen su tres viejos camaradas de otros tiempos en su paseo por el espacio exterior Tank, Jerry y Hawk.
La película tiene un prólogo en 1958 donde se pone de manifiesto la camaradería, el compañerismo y la amistad entre los cuatro amigos.
Después pasa a la actualidad donde se ironiza con la situación senil en que se encuentran todos, en un tono de comedia de lo más divertido.
La segunda parte, y sin abandonar el buen humor, es la aventura espacial, algo más dramática, en la que se resaltan los fuertes lazos de amistad entre ellos, siempre dispuestos al sacrificio por cualquiera del grupo cuando hiciera falta por el bien de todos.
El guion adolece de esas dos partes, pero matiza bien los caracteres de cada uno de los personajes, el viejo predicador baptista, el mujeriego o el acróbata aéreo, que abandonan su retiro dorado por correr de nuevo una peligrosa aventura todos juntos una vez más.
Lo que puede oler a exaltación patriótica es manipulado por Clint Eastwood que controla bien el peligro de los efectos especiales, interesándose más por la humanidad de los personajes que por la vertiente fantástica de la aventura.
Con un argumento sencillo y creíble que lleva a su terreno, con un conjuntado plantel estelar, una elegante fotografía de Jack N. Green y la música de su habitual colaborador Lennie Niehaus, en cuya banda sonora el oportuno tema Fly me to the moon cantado por Frank Sinatra, hace pasar un rato de lo más agradable con buen cine de calidad de fondo.
Nominado al Oscar al mejor sonido. Premio BMI a la música de Lennie Niehaus. Premio Hochi al mejor film extranjero.
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