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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine norteamericano está adocenándose peligrosamente, entrando en un mimetismo que no le favorece en absoluto para nada.
En su momento se pusieron de moda las películas de gamberradas universitarias y después la de protagonistas jóvenes, y así se vuelve una y otra vez a tomar el campus como escenario para estas aventuras juveniles.
Por el título se puede pensar que estamos ante una de esos films que responden al esquema y ciertamente los primeros minutos así lo prevén, pero después toma otros derroteros.
Una pareja de chicos han solicitado entrar a estudiar leyes en la Faculta de Derecho de la prestigiosa universidad de Harvard.
Una vez que le han concedido el acceso a Mark Watson, el padre de uno de ellos, que es millonario, le niega el dinero para hacer los estudios teniendo que lograrlo por su cuenta y para ello solicita una beca.
Pero esas becas son para un estudiante de color, por lo que ha de cambiar el tono de su piel.
Aquí entra otro conflicto: el tema de la lucha racial.
Y a este se le añaden otros como la cuestión amorosa, los celos, los escrúpulos de conciencia y algunas gotas sentimentales en torno a otra chica de color del mismo curso.
Todo ello se salpica con algunos chistes, que son bastante flojos.
El argumento no se sostiene en pie y aunque hay que agradecer al director Steve Miner, responsable de 'Viernes 13' que se aparte de las típicas cintas de albóndigas, no logra los resultados que se habían propuestos.
Por su parte el joven actor C. Thomas Howell, a quien le vimos no hace mucho en 'Carretera al infierno', se pasa todo el tiempo haciendo de negro, en compañía de la actriz de color Rae Dawn Chong.
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