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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta película le hace un flaco favor a la implantación del jurado popular en nuestro país, ya que nos plantea las vicisitudes que sufre una mujer, Annie Laird, que es elegida para ser jurado en el juicio contra un mafioso.
Es presionada y pone en peligro su vida y la de su hijo si no influye en los demás miembros para que lo declaren inocente.
El film tiene algunos puntos de contacto con 'Traición a un jurado' (1996), sobre todo en la elección de la mujer, madre soltera, y la figura que se juzga, pero poco más, ya que su trama varía lo suficiente como para que ni si quiera se haya querellado nadie.
No obstante a raíz de esto el argumento ya no resulta tan original e incluso si se nos apura bastante convencional, sobre todo en los sofisticados métodos que emplea el hombre elegido por la mafia para que deposite en él su confianza, la enamore e influya en ella para lograr el objetivo propuesto.
Se le podría achacar también semejanza con 'Doce hombres sin piedad' (1957), pero no llega nada más que a un apunte.
Tal vez ahí está una de las debilidades del guion, que se detiene en los métodos de vigilancia y seguimiento de la protagonista, pero no nos muestra sus habilidades para convencer a los demás jurados.
No le falta ambición a esta cinta por parte de su productor, Irwin Winkler (director de 'La Red' (1995)) al incluir en su reparto a Demi Moore, que asume el papel de mujer enamorada y madre angustiada, con un Alec Baldwin que resulta acartonado, pero con buenos secundarios como Lindsay Crouse o Tony Lo Bianco.
El director británico Brian Gibson ('Poltergeist II: El otro lado' (1986), 'Tina' (1993)) se interesa especialmente por los momentos amoroso y sentimentales, ilustrados por la inspirada música de James Newton Howard, aunque tampoco descuida las escenas de acción.
No obstante cae en un cierto bache hacia la mitad para subir la emoción en los metros últimos con un final tal vez en exceso convencional, aunque eficaz.
En definitiva un thriller que sigue la moda de combinar lo judicial, lo policiaco y el melodrama todo en un coctel comercial, para lograr un producto con el fin de entretener y hacer pasar el rato.
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