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CRITICA
Por: PACO CASADO
Seguimos en la temporada en la que están de moda las segundas partes, que en este caso constituye una nueva aventura del detective Areta, que naciera para el cine con 'El Crack' (1980).
Para muchos críticos aquella película es la mejor de José Luis Garci.
Fue realizada antes de 'Volver a empezar' (1982).
Esta segunda parte es posterior, pero antes de que le dieran el Oscar.
'El Crack dos' (1983) es la sexta de su filmografía, y en ella, como en la primera, no ha querido más que cambiar de género, dejar la nostalgia a un lado, y contar una historia de una clase de cine como es el género negro, que le gusta y realmente le apasiona.
Está dedicada Raymond Chandler, mientras que la primera lo hizo a Dashiell Hammet, lo que demuestra su gusto por la novela negra.
Para ello ha adaptado las características de este tipo de films a nuestra patria, y así nos presenta a este expolicía, metido a agente de investigación, que ha tenido que montar una agencia para poder vivir, porque estaba realmente asqueado de todo lo que veía y de cuanto le rodeaba, y quería seguir siendo un hombre íntegro y honrado.
Germán Areta, detective privado, encuentra a quien fue sujeto de su investigación muerto junto a otro hombre y no está muy convencido de que el caso sea lo que aparenta.
Cuando su asistente también aparece muerto, no tiene más que decidir si continuar investigando.
Areta es un hombre serio, meditabundo, taciturno, le gusta el boxeo, pero no es lo que se dice un tipo de acción, prefiere ser frío, sagaz y calculador y aunque no lo aparenta, también tiene su corazoncito, ya que es capaz de enamorarse.
En algunos aspectos se aparta de las características de los detectives norteamericanos, pero no hay que olvidar que es español y que la ciudad que mejor conoce es Madrid, a la que José Luis Garci fotografía de forma maravillosa y casi desconocida, desde arriba, con amaneceres espléndidos y anocheceres extraordinarios, con la colaboración de Manuel Rojas.
Aparte de la historia, que indudablemente interesa al espectador, lo que más se admira de la cinta es lo bien realizada que está, llevada a cabo con soltura, aplomo y madurez.
No es una cinta más, ya que tiene una auténtica calidad.
Posee un arranque extraordinario y un fluido discurrir de la historia, aunque algo previsible, sin embargo el desenlace es lógico y natural.
Tiene José Luis Garci a sus órdenes un estupendo elenco de actores del cine español muy bien encajados en los personajes que les ha otorgado, la mayoría de los cuales ya estaban en la primera entrega.
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