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CRITICA
Por: PACO CASADO
No es ningún tema nuevo el hacer una película sobre "Las mil y una noches" o sobre cualquier otra fantasía o leyenda de tipo oriental.
De hecho existen muchas películas que se basaban en ellas de los primeros tiempos de este joven arte que es el cine, de aquellos momentos en que estaba de moda probar nuevas experiencias y trucos cinematográficos, un poco con la misión de sorprender a los atónitos espectadores con la magia y las maravillas del nuevo espectáculo.
La historia del cine está plagada de títulos que hablan bien a las claras de nuestra afirmación.
Pero cierto es también que hoy día se siguen haciendo este tipo de cintas que maravillan igualmente a los espectadores y que resultan comerciales, sobre todo para los niños y los espectadores ingenuos, y por ello siempre hay algún productor que está dispuesto a arriesgar sus dinero una vez más.
Y aunque los medios técnicos se perfeccionan y cada vez resultan mejor hechas, también es cierto que la mente de los espectadores progresa y cada vez se hace más difícil hacerle tragar el truco.
Aquí se ha llegado a la saturación.
Y cuando lleva media hora de película ya se está harto de fantasías.
Se ha pretendido sorprender a base de fantasía y se ha logrado el efecto contrario, saturar.
Se llega por tango a la fantasía por la fantasía, junto a algunos efectos bien logrados que se meten también gato por liebre en su ansia de complicarse la vida innecesariamente.
El largometraje posee un bonito color y pocas cosas más.
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