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CRITICA
Por: PACO CASADO
Liliana Cavani es una directora italiana que comenzó ofreciéndonos películas interesantes. Ahí están "Los caníbales", Galileo Galilei", por ejemplo.
A raíz de la escandalosa "Portero de noche" se decantó por el tema del nazismo, a la que siguieron "Más allá del bien y del mal" y "La piel".
Últimamente la Cavani ha bajado muchos enteros en su cine, tal vez por intentar que sus películas sean más comerciales y conseguirlo a base de continuar la línea escandalosa.
En "Berlín interior", que fue presentada en el último Festival de Berlín, donde no fue bien acogida por la crítica, y ahora nos explicamos por qué, y es que ha elegido, como Tinto Brass en "La llave secreta", una novela del japonés Junichiro Tanizaki que, según parece, se basa en un hecho real.
El autor nipón nos relata la historia de la mujer de un diplomático nazi, en 1936m que, tras conocer a la hija de un diplomático japonés se enamoran perdidamente. Pero la aparentemente ingenua japonesita no se contentará con esta única conquista.
El interés de la cinta a partir de aquí reside en saber quien será el próximo y en qué terminará todo este enredo amoroso, bien urdido por el novelista, pero no por ello menos truculento y con menos aspecto de irrealidad, ya que es difícil de creer tanto amor loco y apasionado y que lleguen a obedecer tan ciegamente por amor los mandatos de la nipona.
La realización de Liliana Cavani resulta así vacía y poco interesante, quedándose en un trabajo meramente artesanal a la hora de la puesta en escena que nos parece más de fotonovela que otra cosa.
Interesante la labor de Gudrun Landgrebe y de la atractiva Mio Takaki, así como la bella música creada por Pino Donaggio.
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