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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cada época tiene una moda, un tipo de cine, unas constantes en la producción de películas, que por lo general están marcadas y dictadas por los hallazgos de los realizadores y el gusto de los públicos.
Nadie podía preveer que una película como "Un hombre y una mujer" iba a ser comercial, o que se pondría de moda el romanticismo con "Love Story" y similares, o que el western volvería a nacer en Europa y seguiría dando dinero durante muchos años, más de los previstos.
En los últimos meses las películas que están de moda, las que dan dinero en Estados Unidos, son las realizadas por actores de color.
¡Quién lo iba a decir!. De esta forma, actores negros que en su día consiguieron implantarse en el mundo de los blancos, nada tienen que hacer en este tipo de films.
Jóvenes promesas, nuevos valores se están descubriendo con este motivo, y ya no hacen falta que sean guapos ni musculosos y atléticos para hacer papeles de duro.
El simpático Calvin Lockhart hace aquí el papel de un inteligente profesor dedicado a la enseñanza y la educación en el centro para negros Lafayette, donde también aprenden algunos grupos de chicos blancos.
De esta manera se plantea el problema que nos relata el largometraje.
El problema negro al que se le da la vuelta, siendo el más débil en este caso el hombre blanco en desventaja por ser minoría frente a la gran masa negra.
Este tema, que en principio tenía muchas posibilidades al invertirse las tornas y sufrir el blanco en su propia carne la humillación que a diario imprime al negro, está tratado con más espectacularidad que profundidad, dotando al film de algunas secuencias que hacen subir el interés del relato, pedo dando también en algunos momentos los convencionalismos de rigor, lo que hace perder categoría a la película.
Dirigida por Paul Bogart, con un buen colorido y música adecuada, la cinta se deja ver con agrado.
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