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CRITICA
Por: PACO CASADO
La carrera del director Rafa Moleón es similar a la de Miguel Hermoso, que tras acertar de pleno con su primer largometraje 'Baton Rouge' (1988), pega dos tremendos batacazos incomprensibles y deplorables con 'Tretas de mujer' (1993) y 'El niño invisible' (1995).
Con 'Mirada líquida' (1996) retoma el género de la intriga donde parece que se desenvuelve algo mejor, logra enderezar su filmografía y salir del tremendo bache en que había caído.
En esta ocasión se trata de contarnos la historia de Antonio, un hombre que tiene su vida resuelta, que se plantea su existencia a raíz de la llamada de Laura, un antiguo amor que le comunica la muerte de Tomás, su mejor amigo.
Posteriormente conoce a Ana, una chica que tiene 15 años menos que él con la que termina casándose.
Pero lo que en realidad pretende no es su amor sino su herencia y su hermoso palacete, estando dispuesto a lograr lo que pretende.
A partir de ahí comienza una serie de relaciones extrañas, de crímenes, de saltos atrás que al tiempo que dan emoción a la trama la complican a veces en exceso.
Un correcto trabajo de dirección y actuación de los principales protagonistas para una película que se deja ver sin mayores alicientes y que tan sólo obtuvo una mención de cortesía del jurado en el pasado Festival de Cine Iberoamericano de Huelva donde se pasó en la sección a concurso.
También participó en el Festival de cine de Alejandría de donde se vino de vacío.
En definitiva un thriller con elementos propios del género que se ve con facilidad.
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