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CRITICA
Por: PACO CASADO
Un buen coche, cuando llega a viejo, comienza a fallar o a chirriar las puertas y los muelles. El uso hace que se haya quedado antiguo aunque se le haya dado una mano de pintura para que parezca nuevo.
El director Stanley Donen tiene ya sesenta años. En su filmografía encontramos desde las mejores películas del musical americano ("Cantando bajo la lluvia", "Siete novias para siete hermanos") hasta las más refinadas, elegantes y exquisitas comedias ("Página en blanco", "Una cara con ángel", "Indiscreta", "Charada" o "Dos en la carretera").
Con estos títulos en su haber nadie puede negar que ha sido uno de los más grandes directores del cine de Hollywood, y eso sin mencionar otros grandes títulos suyos pertenecientes a otros géneros ("Arabesco" o "La escalera").
Pero Donen va perdiendo agilidad en sus últimas películas. Sus títulos se van espaciando, ya no tiene el ritmo y la vitalidad de antes.
Aquí ha querido tomar un tema de ayer y de siempre y darle un tratamiento y una puesta al día en cuanto a la fórmula empleada, para dar un testimonio de nuestro tiempo, como ya lo diera en los cincuenta con "Indiscreta" y en los sesenta con "Dos en la carretera".
Para ello elige a dos hombres maduros que se van juntos de vacaciones con sus respectivas hijas. Uno al borde del divorcio y el otro incapaz de resistir la seducción de la hija de su amigo.
Si en algún momento Donen se propasa en exhibicionismo o situaciones atrevidas no es culpa suya, ya que en su afán de dar testimonio de la realidad actual, tiene que dar rienda suelta al clima de amoralidad y libertad existente en el mundo de hoy.
Y hay que dar gracias a que haya caído este tema en sus manos, un hombre con gran sensibilidad y buen gusto, ya que a otros resultaría una comedia precoz y detestable o poco menos que pornográfica.
"Lío en Río no hace más que poner al día las reglas de oro de la comedia americana.
Según parece la inspiración de la película viene de una comedia francesa, pero resulta totalmente transformada al trasladar la acción de lugar, concretamente a Río de Janeiro, convirtiendo a esta ciudad en protagonista en muchos momentos y dándole el exotismo de sus playas y costumbres.
En algunos momentos se incluyen escenas de la película "Volando hacia Río", un musical que hace años interpretaron Fred Astaire y Ginger Rogers.
A pesar del mal momento que atraviesa el género y de la vejez del maestro, siempre es de agradecer su presencia, por su inteligente puesta en escena, su excelente dirección de actores que hace que estos funciones como un reloj de precisión en las distintas situaciones y salidas y entradas, en una comedia como las de antes, con sus equívocos, con algo de teatral en los interiores, pero que se convierte en puro cine en el exterior en el mismísimo Río, aligerando así lo repetitivo de algunas secuencias y diálogos.
Michael Caine demuestra una vez más que es un gran actor de comedias, bien secundado por Joseph Bologna, mientras que las dos jóvenes debutantes, Michelle Johnson y Demi Moore ilustran las situaciones con su explosiva y erótica presencia, más que con su saber interpretativo.
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