|
CRITICA
Por: PACO CASADO
En casi todos los tiempos han existido los hombres protectores de la cultura, las artes y los artistas.
Parecía que estos seres habían desaparecido de la faz de nuestro planeta, pero no. Aún hoy día existen.
El mecenas del cine italiano es sin duda Franco Cristaldi. Es lo que podíamos llamar el equivalente de los hermanos Miriah en Estados Unidos.
El ha dado oportunidades a una gran categoría artística.
Con "Una hectárea de cielo", Aglauco Casadio, director hasta ahora desconocido tuvo una gran oportunidad, y en verdad que la ha sabido aprovechar.
Ciñéndose a una gran estrechez de medios puramente técnicos ha realizado una buena película sabiendo utilizar en cambio los elementos artísticos del equipo con que cuenta.
Partiendo de una sencilla idea argumental como base ha construido una cinta de calidad, dentro totalmente de un estilo neorrealista con una gran belleza lírica, que se desprende y se comprende fácilmente al ver la delicadeza con que ha construido el ambiente en que se desarrolla la historia y el cariño que ha puesto en los personajes que la protagonizan, sobre todo en la pandilla que constituyen los cuatro viejos.
Mastroianni tiene una buena interpretación en su papel de pobre charlatán y aparente pícaro entre la cándida e ingenua ignorancia, casi infantil, de aquellos hombres que se quedan sorprendidos ante una rasuradora de pilas, pero que en el fondo es tan infeliz e inocente como ellos. La Schiaffino da cuanto sus posibilidades dan de sí, no llegando a convencer tanto como su compañero de reparto.
Bonita partitura la que ha compuesto Nino Rota.
La película acusa en algunos momentos la timidez del realizador y su falta de experiencia o veterania decayendo en algunas escenas, pero que no afectan en gran manera al logro total del largometraje.
Notamos también algunas influencias de otros realizadores como puedan ser Fellini o De Sica.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
TRÁILER'S
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE