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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las películas de espionaje llenaron toda una etapa del cine americano. Eran otros tiempos. Entonces no había más que robar un microfilm que contenía los más importantes e inalcanzables secretos.
Hoy día todo es más complicado. la informática, el avance de la electrónica y de la técnica hacen que todo sea más etéreo, incompresible para la mentalidad del espectador medio y que al mismo tiempo la trama sea más sofisticada y enreversada.
Esto más o menos es lo que ocurre con esta película que parece está inspirada en algún personaje real, en el que se ven complicadas las dos organizaciones de espionaje de las dos superpotencias, la KGB y la CIA.
Un espía soviético toma la identidad de un norteamericano muerto, pero la KGB le exige que robe una información secreta, que pone en peligro no solo su vida sino también la de su compañera.
Todo en el film está confuso, con un exceso de personajes de uno y otro bando que son de difícil identificación y a donde pertenecen.
La cuestión se comp0lica con alguna nota dramática y sentimental que al final los guionistas se sacan de la manga para llevar el relato a donde les interesa.
La cinta, con técnica de telefilm, está basada en persecuciones, asesinatos a sangre fría, con escasa emoción y suspense, todo ello llevado a cabo de forma impersonal y sin demasiada personalidad, no solo por parte de la dirección, que actúa de forma funcional, sino también por parte de los casi desconocidos intérpretes, destacando tan solo la personalidad de Sally Kellerman en un corto papel.
Correcta la fotografía y la música.
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