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CRITICA
Por: PACO CASADO
Durante algunos años, y no hace muchos, tuvimos que soportar una auténtico y torrencial lluvia sobre nuestras pantallas de películas superficiales y anodinas en las que el protagonista principal era un agente secreto o algún sucedáneo o similar.
Esto ocurrió a raíz de ser un éxito las primeras películas de James Bond constituyéndose la serie y también la larga cola de imitadores que suelen surgir cuando se descubre un filón cinematográfico que hace dinero en las taquillas.
Después vinieron muchas cintas iguales, hasta llegar a ser un subproducto en muchas ocasiones.
A estas alturas, en la que la fiebre intensa parece haber pasado, y al encontrarnos con uno de ellos nos preguntamos si será uno de los finales del género que quedó olvidado.
Porque no creemos que a estas alturas sea muy rentable ponerse a producir películas de este tipo, con tan poca calidad, tanta desfachatez a la hora de inventarse decorados, lugares exóticos, tipos pintorescos, tramas complicadas, enredos criminales, inocentes víctimas, guapas asesinadas, protagonistas vengadores en busca de justicia por su propia mano y buena que se convierte en mala en un sorpresivo final.
Muchos tópicos son estos como para encerrarlos todos de una sola vez en una película de las miras y categoría artística que esta se ha propuesto.
Violencia, crímenes y algún defecto de forma son las cuestiones morales que encontramos en el film.
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