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CRITICA
Por: PACO CASADO
Carles Mira, valenciano, hizo un mediometraje sobre la Albufera de Valencia llamado "Bistopo".
Su primer largometraje fue "La portentosa vida del padre Vicente", irreverente historia sobre San Vicente Ferrer.
Su segundo film fue "Con el culo al aire" en el que se reía de las fallas entre otras costumbres de su tierra.
Y ahora nos llega su tercera película "Jalea real" que, en tono esperpéntico, nos trae la historia de Carlos II, conocido como "el hechizado" que murió sin descendencia originando así un grave problema en la continuidad en el trono de la casa de los Austrias.
Todo el film gira en torno al problema de cómo llevar a cabo el soberano el acto sexual con su mujer María Luisa de Orleans, sin conseguirlo por más métodos que se emplean para ello.
Sigue pues Mira su línea de cine cómico, aunque pensamos que en esta ocasión tan solo lo logra en contadas ocasiones, pasándose en muchas de ellas en el tono burlesco y algo zafio.
La cinta tiene la estructura casi de una obra teatral, con alguna que otra salida al exterior, como la caza del oso mesetario.
Esto hace que las situaciones, casi únicas, esté bastante estiradas, ya que no creemos que el tema diera para una película de hora y media.
Contrasta con el tono del largometraje los buenos decorados, el bien elegido y lujoso vestuario, la notable fotografía de Fernando Arribas y la irregular interpretación de su cuadro de actores.
Por todo ello creemos que no se ha logrado el propósito, obteniendo un producto desigual.
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