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CRITICA
Por: PACO CASADO
Antonio Hernández vuelve al cine tras siete años de ausencia y haber hecho 'F.E.N.' (1979), 'Apaga... y vámonos' (1981) y 'Cómo levantar 1000 kilos' (1991), que no tuvieron suerte en la distribución y algunas ni se vieron.
En este tiempo ha madurado haciendo publicidad y televisión. y logra con 'Lisboa' (1999) su mejor película a gran distancia de las demás.
Es un thriller de acción y violencia, una road movie a la española plena de interés, que comienza con una enigmática mujer, madura y de porte elegante, que es recogida en la carretera por un vendedor portugués de casetes y cintas de video, que va camino de la capital portuguesa.
A pesar de que los gitanos no quieren a sus hijos con buenos principios, los de 'Lisboa' (1999) no pueden ser mejores.
Se inicia esta historia con un espectacular accidente de carretera antes de los títulos de crédito, que después encajará perfectamente en la trama.
Desde el mismo comienzo se nota que el guion está muy pensado en cuanto a la planificación y al montaje, en detalles de pequeñas cosas, lo que da idea del mecanismo de relojería que va a desarrollar la trama para ir encajando cada una de las piezas en su sitio.
Arranca la trama con unos personajes de los que nada sabemos, pero poco a poco, nos vamos enterando de lo que ocultan y por qué se comportan así.
Joao es el apocado hombre vulgar, de oficio vendedor, que sueña con una vida mejor, pero que no tiene más remedio que devorar kilómetros para poder subsistir.
Berta huye de su marido y de su familia, busca un norte que ya no existe.
Los demás, su familia, la persigue para evitar que hable, que desvele lo que no desean y que sería su perdición.
Por medio un crimen, corrupción, enriquecimiento rápido, un paisaje muy habitual en los últimos tiempos de la sociedad española y de una clase que vive en buenos chalets de lujo e ignora al resto.
Tiene un excelente reparto, con Sergi López que da perfectamente el papel del inocente que se ve metido en un embrollo que no ha pretendido, sólo por hacer un favor, que le saca de la monotonía de su vida cotidiana.
Este papel le valió el premio al mejor actor en el pasado Festival de cine en español Málaga.
Carmen Maura está perfecta en el papel de la mujer desvalida, asustada, que tiene miedo y huye.
Federico Lupi, en su breve intervención, le da fuerza y poderío al violento marido.
Bien dibujados el resto de secundarios.
Una auténtica y grata sorpresa el estupendo guion, con todos los elementos de suspense que van creciendo, personajes oscuros y final inesperado.
Notable la dirección de Antonio Hernández que logra mantener el ritmo y la tensión hasta el final en éste su cuarto y ejemplar largometraje.
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