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CRITICA
Por: PACO CASADO
Con un humor destructivo, amante de las situaciones únicas, el director italiano Marco Ferreri logra una de sus películas más singulares y en la que sus obsesiones se plasman con más acierto. Tomando como eje cuatro personajes claves, representantes de la alta burguesía europea, Marco Ferreri hace una reflexión sobre la lujuria y el sexo y sobre el hombre dominado por la gula.
Un grupo de amigoss compuesto por el cheff Ugo, el piloto de Alitalia Marcello, el productor de televisión Michel y el magistrado Philippe, se van a una villa en la campiña francesa donde se encuerran con tres hermosas prostitutas para organizar bacanal fiesta brasileña y deciden comer hasta morir.
Es la comida, completada por el acto sexual, lo que llena a estos personajes maduros que buscan su autodestrucción en un largo encierro en una vieja villa parisina.
Narrada con habilidad, dosificando las situaciones, Marco Ferreri pasa de una primera mitad más humorística a una tendencia trágica que se va imponiendo con un aire fatídico del que sólo se librará la invitada ocasional, que con sus formas opulentas sirve de apoyo al masculino cuarteto.
Con una crítica moral que se orienta más a lo sociológico que a lo individual, el director italiano retoma este sentido de la gula.
Aquí el comer y el cocinar es un arte y será un exceso el que conducirá a la destrucción, mientras el sexo ocupará en el placer un lugar secundario.
Excelente el trabajo de todos los actores y una envoltura formal adecuada completan este film pesimista y profundo a la vez.
Premio Fipresci en el Festival de cine de Cannes. Premio Pantalla de oro alemana.
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