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CRITICA
Por: PACO CASADO
En 1977 Wes Craven hizo 'Las colinas tienen ojos' y en 2006 el realizador francés Alexander Aja hizo un remake de aquella con el mismo título.
En 1984 Wes Craven hizo 'Las colinas tienen ojos II' y ahora en 2007 el alemán Martin Weisz hace su remake pero la distribuidora española lo titula 'El retorno de los malditos' (2007), para complicar un poco más la cuestión.
Si la anterior de Aja era realmente tremenda en su violencia hasta ser una de las películas más brutales del pasado año, ésta no le va muy lejana, ya que comienza con un parto monstruoso en las conocidas colinas y después se nos traslada a Kandahar, donde un grupo de soldados se entrenan para entrar en combate, pero son destinado a llevar un equipo científico al desierto de Nuevo México donde se supone que debe haber un grupo de investigadores, pero al estar no muy lejos de donde en la anterior sufrió los horrores la familia Carter a mano de los monstruosos mutantes, lo que se encuentran es el abandono del campamento.
Pero pronto aparecerán como por encanto los susodichos monstruos que se irán cargando uno a uno a los soldaditos inexpertos y tratando de conservar a las dos mujeres soldados para violarlas y conservar la especie.
Por lo visto en la anterior y en ésta, el esquema es parecido y de lo que se trata es de averiguar cual caerá primero y si superará la forma más horrorosa de morir del anterior.
Hay quien ha visto en ella una metáfora de los horrores de la guerra al establecer el paralelismo del preámbulo bélico con el resto del film en la forma de morir.
El mal gusto hace gala en el horror de hasta donde puede llegar la imaginación humana en su sádica crueldad, en la casquería y el espanto a mano de los caníbales mutantes sedientos de sangre que pululan a lo largo del metraje por la pantalla a base de violencia y muerte por doquier. Una lindeza.
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