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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine español en otros tiempos siempre hacía igual, copiar a los demás, y como no tenía los medios adecuados ni suficientes, lo hacía mal.
Los argumentos eran importados de otros países al tiempo que escamoteaba nuestros problemas por culpa de la censura.
La falta de conocimientos de lo que era hacer cine social, les llevaba a confeccionar películas malas que sólo agradaban a los espectadores que tenían el gusto estropeado.
Desde que Marcel Carné lanzó al campo del cine la figura de los tricheurs y Federico Fellini la de los vitelloni, varios países explotaron el filón de los gamberros con variados objetivos.
Unos lo hacían con intenciones más o menos moralizantes, otros en cambio, quedándose en el plano superficial, los más sólo en el intento de lograr un resultado convincente, como le ocurre a Fernando Palacios con 'Siempre es domingo' (1961).
La chicos de familia acomodada de un famoso barrio de la capital d España, dedican su tiempo libre a organizar fiestas y guateques.
Pero por debajo circulan otros otros problemas ocultos por las apariencias.
Este director español pretendió hacer un buen film, con su moraleja final incluida, pero no le salió, simplemente porque sus conocimientos para hacer esta clase de cine no los tenía, sin que decaiga el interés como lo hicieron muy bien los italianos, pero no tenía la preparación suficiente para lograr una buena cinta quedándose al inicio del camino.
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