|
CRITICA
Por: PACO CASADO
No es frecuente que un director debutante se complique tanto la vida en su primera película llevando a cabo un guión propio tan complejo como el que ha confeccionado el guionista y director valenciano Vicente Peñarrocha, del que sale más o menos airoso.
Bruno es un guardia civil de tráfico cuya esposa le ha dado el plazo de una semana distanciado para reflexionar sobre su vida, solucionar sus problemas con la droga, sus dudas y sus deudas. Pero de repente ve que su vida forma parte de una película y en esa otra realidad trata de solucionar sus problemas.
El guion da así la oportunidad a los actores a interpretar dos personajes distintos, aunque en algunos casos no se diferencien demasiado, como ocurre con Gustavo Salmerón que hace una interpretación monótona en la que apenas se distingue el actor, que aparece poco, del guardia civil.
Diferente es el caso del cada vez mejor José Coronado que interpreta a un escultor feliz que hace lo que le gusta y se gana la vida vendiendo drogas, todo lo contrario del director de la película que hace lo que no le gusta para ganarse la vida y está enganchado a la cocaína.
También sucede con Goya Toledo que encarna a una seria y dramática esposa y una alocada actriz primeriza que ha sido la chica del tiempo y que pone los momentos más jocosos del complicado guion que a veces cuesta saber en qué plano nos encontramos.
En la banda sonora utiliza una original versión de Sumer time de George Gherswin.
Para ser un primer trabajo no le ha salido mal del todo.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE