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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hildegart Rodríguez Carballeira (1914-1933) era una niña precoz que pronto aprendió a leer y escribir, a los pocos años se licenció en Derecho resultando una prolífica chica prodigio, que con tan sólo diecinueve años ya había publicado multitud de artículos, dieciséis libros, que fueron prohibidos con la llegada de la dictadura franquista y sus ensayos sobre la sexualidad femenina que fueron revolucionarios en su momento y traducidos a varios idiomas, siempre imbuidos de las ideas de Marx, Freud y Nietzsche, entre otros.
Según su madre, había nacido para cambiar el mundo, siempre sometida a una férrea educación y disciplina, aislada de todo contacto masculino.
Se convirtió en una conocida escritora en la década de 1930, que siendo tan joven se atrevía a escribir sobre el sexo.
Fue criada por su controladora madre que deseaba fuera todo un modelo de mujer para todas las mujeres del futuro, que nunca la dejaba sola por nada del mundo, teniéndola siempre y en todo momento a su lado para que no tuviera relación con los hombres.
Hildegart (alteración ortográfica del alemán Hildegard) en la década de 1930 entra en la política como activista a favor del socialismo y la revolución sexual convirtiéndose en líder del Partido Socialista Obrero Español, que después abandonó a favor del republicalismo extremo.
La directora zaragozana Paula Ortiz, de la que recordarán sus títulos 'La novia' (2015), 'Al otro lado del río, entre los árboles' (2022) y 'Teresa' (2023) nos trae ahora esta historia real basada en el guion de Clara Roquet y Eduard Sola, fieles a los hechos, con inteligentes diálogos, sobre la vida de esta mujer adelantada a su tiempo gracias a sus grandes virtudes intelectuales y el control de su madre para ser la modelo de la mujer perfecta, un proyecto que está en la línea de las inquietudes sociales de la directora.
Uno de los aciertos de esta película es la estupenda interpretación que hace de la atosigante Aurora, Najwa Ninri, personaje para el que se preparó a conciencia, a la que le da no menos buena respuesta la joven actriz madrileña Alba Planas como su hija Hildegart.
Entre los aciertos de esta cinta están los recursos visuales que aporta la fotografía de Pedro J. Márquez con sus juegos de luz y uso de la cámara, consiguiendo al mismo tiempo una buena ambientación de la época a través de la dirección artística y del vestuario entre otros factores.
Existe una versión anterior de esta historia que se basaba en la novela Aurora de sangre, escrita por Eduardo Guzmán, ambientada en la Segunda República española titulada, 'Mi hija Hildegart' (1977), dirigida por Fernando Fernán Gómez, e interpretada por Amparo Soler Leal como Aurora y Carmen Roldán en el papel de Hidegart, drama de denuncia social que estaba contada en flash back.
En definitiva un film valiente sobre esa lucha entre madre e hija lleno de tensión que domina completamente el escenario con la puesta en imágenes que hace Paula Ortiz sobre este suceso histórico manifiestamente feminista.
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