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CRITICA
Por: PACO CASADO
El director madrileño de 'Hombres felices' (2001) Roberto Santiago, nos cuenta en este su segundo largometraje una historia que aunque distinta no difiere mucho en el fondo de su ópera prima, ya que de nuevo son las relaciones entre un hombre y una mujer, pero esta vez fuera del matrimonio.
Fernando es el portero reserva de un equipo de regional que está siempre en el banquillo porque al entrenador le gusta Ana, su hermana, pero es un auténtico paquete.
En el minuto final del último partido de liga y a punto de proclamarse campeón y subir de la categoría, el árbitro toca penalti y ante la invasión del campo se suspende el encuentro y habrá de terminar de jugarse, con el lanzamiento de la falta máxima, el próximo domingo a puerta cerrada, con el inconveniente de que el portero titular se ha lesionado al provocarlo y a Fernando le toca pararlo.
Durante esa semana se convierte en el héroe del barrio el antes denostado trabajador como si fuera el reponedor en un supermercado, portero reserva los domingos, y enamorado de Cecilia la hija del entrenador.
Roberto Santiago se basa en un cuento del escritor argentino Osvaldo Soriano cuyo relato traslada de un arrabal de Buenos Aires a un barrio madrileño para hacer este retrato de gente corriente que trabaja, se enamora o se pelea y que les gusta aplaudir al equipo de sus amores.
El fútbol aquí es un simple paréntesis que abre y cierra el film, una excusa para hablar de los sentimientos y exponer la vida de este puñado de perdedores, al tiempo que da algunos toques de tipo social, como el paro, la convivencia racial, la hipocresía, la soledad, la corrupción a nivel político o de clubes deportivos, el chantaje al querer comprar al jugador para que pierda o lo difícil que supone vivir tanto con el éxito como con el fracaso.
Todo ello en una comedia cotidiana con algo de humor tocado de forma muy superficial y liviana.
Fernando Tejero, actor muy popular tras 'Días de fútbol' (2003) o la serie Aquí no hay quien viva, hace su primer papel protagonista en el cine de lo que se aprovecha la cinta.
Junto a él destacan las dos actrices María Botto y Marta Larralde.
Dirigida con discreción por Roberto Santiago, sin mucho ritmo y con unos ingeniosos títulos de créditos, hace pasar el rato.
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