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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta es la historia de un hombre que para hacer los estudios de medicina se ve obligado a trabajar en un laboratorio para pagarlos, mientras que otros con posibilidades económicas van a pasar el tiempo, a ligar con las enfermeras y a diagnosticar enfermedades, sin sentido de la responsabilidad y lo mismo quitan una mancha pensando que es un lunar y resulta ser un cáncer de piel.
Lucas Marsh, un aspirante a médico, desea ser uno de éxito, de primera clase, en lo que está obsesionado, lo que le hace perder los sentimientos de los que están cerca de él.
Lucas es intolerante con las debilidades de los compañeros, especialmente de los que son más amigos y se enfrenta a sus propios defectos.
Para Lucas la medicina es su pasión, es su vida.
Sólo dos personas le comprenden, su compañero de habitación, Alfred, y la enfermera jefe de quirófano Kristina Hedvigson, con la que termina contrayendo matrimonio, no por amor sino porque necesita pagar su matrícula y porque conoce muy bien lo que hay que hacer en un quirófano y porque será una buena esposa.
Ella le ayuda a conseguir el éxito deseado y le sigue a la pequeña ciudad de Greenville donde comienza sus prácticas, pero él cae en los brazos de una chica de la localidad, Harriet Lange, y le pide el divorcio.
Es una interesante adaptación de la novela de Morton Thompson que cuenta la difícil relación que surge entre un médico y una enfermera que antepone su profesión a todo lo demás, incluido su matrimonio, contraponiendo ambiciones personales con el sentido de la responsabilidad y encajando alguna que otra subtrama paralela.
Un ejemplar melodrama sobre las relaciones amorosas y profesionales, de un estudiante de medicina que para poder costearse sus estudios se casa con una enfermera y tras terminar su carrera tiene unas amargas experiencias profesionales y sentimentales que le hace enmendar su propia arrogancia.
Un melodrama convencional en defensa de la medicina como ciencia y sobre todo oficio, realizado con profesionalidad y cierto prestigio.
La película muestra las relaciones humana de una manera cruda y dolorosa haciendo un producto muy comercial con un tema importante.
El productor Stanley Kramer se pasó a la dirección debutando con este film, en el que como es habitual en su cine, busca el impacto con este melodramático tema.
Como suele suceder con este director, el reparto es magnífico para el que contó con un excelente reparto de primeras figuras y de secundarios, como el veterano Lon Chaney o el novato Lee Marvin.
Fue nominada al Oscar al mejor sonido y ganó dos premios NBR para la cinta y Charles Bickford.
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