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CRITICA
Por: PACO CASADO
Ganó en el Festival de cine de San Sebastián la Concha de Oro a la mejor película y la Concha de Plata a la mejor actriz para Ángela Molina esta novena cinta del director cántabro, Manuel Gutiérrez Aragón, en la que una vez más dentro de su filmografía la mujer tiene un papel protagonista, esta vez a través de tres generaciones: la abuela, la nieta y su hija de ésta.
Tres mujeres que sirven para contar una historia tan real como la vida misma, pero en la que no se sustrae de introducir el toque mágico de la fantasía.
Nos cuenta el relato de estas generaciones con las pequeñas cosas cotidianas de cada día, sin aventuras extraordinarias, pero sabiendo captar con una gran sensibilidad e inteligencia la atención del espectador, que se ve inmerso en el devenir de los acontecimientos como si de su propia vida se tratara.
El relato comienza en 1959 en Cantabria, una vez más, para seguir posteriormente en Madrid.
Los años transcurren de forma casi imperceptible, dejando de fondo la política nacional sin llamar mucho la atención, pero siendo importante dentro de la narración.
Son tiempos difíciles para poder salir adelante.
Las recomendaciones, las influencias, la política se hace comiendo, las colas ante los cines, son detalles que Manolo Gutiérrez Aragón apunta someramente para dar el ambiente de forma sutil.
Maravillosa Ángela Molina y perfecta la fotografía de Alcaine.
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